Deporte y vida sana

La noche antes de una prueba de ultraresistencia

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Los tiempos en los que era preciso explicar lo que era un Ironman, un ultratrail, o una travesía a nado quedaron atrás. Hoy cualquier hijo de vecino tiene una noción de lo que es una prueba de ultraresistencia, e intuye que detrás hay mucha dedicación, voluntad y sacrificio.

Pero quizás no conozca detalles relacionados con estas pruebas como que la inscripción se realiza con un año de antelación, que estas generalmente se agotan en un par de minutos, que suponen un desembolso importante y que por norma general suelen implicar viajar a otro país, o ciudad, con la complejidad logística de trasladar el material deportivo.

Durante ese largo año de espera, pueden ocurrir y ocurren muchas cosas: Desde compromisos profesionales y personales, hasta lesiones y enfermedades que podrían condicionar la participación.

Esa travesía que ha supuesto el año de entrenamiento y probablemente de dedicación mental cuasi obsesiva, tiene su momento álgido el día antes de la prueba. Suele ser el día que la organización del evento determina para la recogida de dorsales y en el caso del Triatlón, la entrega del kit con diferentes bolsas que hay que depositar en cada una de las transiciones con el material necesario.

Gustavo López Van Dam es autor del libro «El Secreto de la Ultraresistencia»

Esa noche, ya de vuelta en el hotel o apartamento, se concentran todos los nervios y dudas: ¿Habré entrenado lo suficiente y de forma adecuada? ¿Me condicionará esa molestia que tengo en el lóbulo de la oreja derecha? Pero sobre todo es imprescindible dejar todo organizado para que al día siguiente – madrugón mediante (5am) –  no haya que pensar demasiado y no haya margen de error. Esto implica tener controladas cuestiones como la nutrición: Número y tipo de barritas y geles, sales minerales en pastilla, o líquidas, como las portaremos y dosificaremos. Ropa de recambio en el caso de un ultratrail y elementos como vaselina, o crema de protección. Material y equipación para las transiciones en el triatlón. Toca hacer un repaso mental sobre el track (ruta) y ritmos previstos, así como chequear la bicicleta que tuviste que desmontar para el viaje, para garantizar que no habrá sustos mecánicos durante la prueba. Colocas las pegatinas con el dorsal en casco, cuadro, gorro de natación y camiseta, o cinturón.

Con el “check list” realizado y la sensación de que algo se te escapa, todavía queda alimentarse correctamente con una buena ingesta de hidratos. Con la tripa llena y sin demora vuelves a la habitación, para acostarte a una hora muy poco habitual, con pocas esperanzas de conseguir descansar un mínimo de horas con la cabeza a mil por hora.

Todo lo anterior explica que en este tipo de pruebas se celebre como un éxito el llegar a la línea de salida. Has superado todo tipo de vicisitudes y coloquialmente suele decirse que “el trabajo ya está hecho”. Terminar la prueba y cumplir con los objetivos marcados será consecuencia del trabajo duro durante los entrenamientos y el azar tendrá un papel menor. Solo queda disfrutar de un día en el que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, para que los deportistas solo tengan que pensar en el rendimiento y tener una vivencia memorable.

Gustavo López Van Dam/ Deportista de pruebas de Ultraresistencia, escritor y coach