Javier Beirán: “Ganar un Mundial con España es un momento mágico e imborrable”
El apellido Beirán es sinónimo de baloncesto. Y del bueno. José Manuel y Javier es una de las cuatro sagas, donde padre e hijo han conseguido ser, además de dos leyendas del baloncesto, internacionales con España. La excepcionalidad de los Beirán es que ambos han ganado medallas con la selección. Hablamos con Javier, de 36 años, jugador aún en activo y que es desde hace meses Embajador de Alcobendas, ciudad donde ha vivido desde siempre.
Juan Ussía/Silvia Monge
PREGUNTA: ¿Cómo comienza la vida de un jugador de baloncesto?
RESPUESTA: Bueno, pues de manera muy normal. Era un niño que practicaba muchos deportes en el colegio de Nuestra Señora del Recuerdo. Y, lo cierto es que hasta quinto de primaria nunca jugué en ningún equipo de nada. Era más de jugar en el patio, disfrutando en casa, en el parque o con mis hermanos. Hasta que ese año empecé con los compañeros del colegio, donde jugué dos temporadas.
P: Y entonces, ¿fichaste por el Real Madrid?
R: Fui al Real Madrid que no fue un paso fácil porque a mí me gustaba jugar mucho en el colegio con mis amigos.
P: ¿Has sentido un plus de exigencia en tu carrera? Te lo pregunto porque no todo el mundo lleva el apellido Beirán
R: Exigencia ninguna, porque nunca he sentido presión. Probablemente cuando elegí jugar al baloncesto y no al futbol, que era a lo que más jugaba, si pudo tener algo de influencia mi padre en mi decisión. Pero de manera indirecta por- que mi padre siempre me ha dicho que haga lo que me dé la gana y que disfrute de cualquier cosa. Nunca ha sido pesado ni conmigo ni con ninguno de mis hermanos, que también han jugado en la cantera del Real Madrid.
P: ¿Cómo ha sido esa relación con tus padres?
R: Mis padres siempre han estado ahí. Y me doy más cuenta ahora que soy padre. Se lo agradezco muchísimo y sobre todo, la forma de educarnos a mí y a mis hermanos. Nos han hecho ver el deporte como algo fundamental, pero no como una presión ni como un objetivo en la vida. Siempre con el colegio y luego la universidad por delante de cualquier equipo y de cualquier cosa del deporte.
P: Viendo la saga de grandes jugadores que sois en la familia ¿quieres que tu hijo juegue también?
R: Me haría ilusión. Pero me da igual. Quiero que haga lo que quiera y que sea feliz. No todo es el baloncesto. Tengo el ejemplo de mis hermanos, que no son jugadores de baloncesto y con otras profesiones son muy felices. Que mi hijo haga lo que quiera.
P: ¿Qué consejo le darías a los que quieren llegar y a esos jóvenes jugadores?
R: Bueno, que disfruten mucho jugando y que no olviden nunca los estudios. Y tener claro que es muy difícil llegar, y que a veces no sólo depende de tu esfuerzo. Hay otros factores como la suerte, las lesiones o el momento que te hacen llegar o no, y no por eso vas a ser mejor persona o jugador. Es importante tener otras cosas en la cabeza para no volverte loco. No estar pensando en el baloncesto 24/7.
P: Una duda, ¿De qué equipo eres?
R: Cuando juegas en varios equipos es difícil ser de uno. He jugado en el Real Madrid, en el Tenerife, en el Gran Canaria y en el Estudiantes. En las islas estuve 11 años como jugador. Generalmente cuando me preguntan digo que voy con el equipo que más amigos están jugando. Creo que el forofismo de un equipo es más de un espectador que de un jugador. Lo que no soy es anti nada porque en todos los sitios me han tratado súper bien.
P: ¿Cómo era tu estilo de jugador? ¿Cómo te definirías dentro de la cancha?
R: He ido evolucionando durante mi carrera. Y lo digo en un momento en que las posiciones casi ni existen. Pero quizás empecé como escolta porque era un poco tirillas y no me había desarrollado del todo. En mis principios en EBA y ACB, era más un tirador y luego cuando fiché por Gran Canaria, gané físico y llegué hasta los dos metros, y me convertí más en un alero que intentaba tirar muy bien y ayudar en el rebote, que era otra de las cosas que me diferenciaba porque cada año era uno de los mejores reboteadores del equipo y de la liga sin saltar mucho y sin ser muy alto.
Luego poco a poco he ido añadiendo cosas como el poste bajo, porque tenía mucha visión y jugaba para los demás. En la liga he jugado en todas las posiciones y según las necesidades del equipo. Un poco comodín por mi versatilidad para jugar donde fuera.
P: Y, ¿cuáles han sido tus mejores entrenadores?
R: Siempre digo que he tenido 3 más uno. Por diferentes circunstancias y en diferentes facetas me quedo con tres que han sido muy importantes para mi: Pedro Martínez, Txus Vidorreta y Sergio Scariolo. También quiero destacar a Ángel Goñi, que ha estado 40 años en el Estudiantes y se encontraba, entre otras cosas, a cargo de la tecnificación. Comencé con él a entrenar con 18 años y lo sigo haciendo siempre que puedo.
P: ¿El mejor momento de tu carrera ha sido el Oro en el Mundial de China 2019?
R: Sin duda. El más bonito porque es algo mágico que quizás no le damos todavía la importancia que tiene.
P: ¿Cuáles son tus próximos retos?
R: Aún no me he retirado. Sigo entrenando con el Club Baloncesto Alcobendas y voy a intentar ir a los Juegos Olímpicos de París, en la modalidad de 3 por 3. Primero voy a intentar que me convoquen y después conseguir la clasificación en Hungría el próximo 18 de mayo. Juegan 16 y se clasifican 3. Este sí que es un sueño. Actualmente soy comentarista de Movistar Plus para los partidos de la Liga Endesa y colaboro con otras iniciativas y torneos.
P: Por último, recientemente te han nombrado Embajador de Alcobendas, ¿qué significa para ti?
R: Un orgullo. Llevo viviendo en Alcobendas desde que soy pequeño y ser ejemplo para deportistas, empresas e instituciones que apoyan el deporte en Alcobendas es un honor.