Mundo Animal

Gatos caseros que dan problemas en el exterior y molestan a los vecinos

Compartir
Cada vez es más habitual que cale en la conciencia social que permitir que los gatos domésticos con dueño vaguen a su suerte por el exterior supone un problema multifactorial: es peligroso para su salud al exponerse a numerosas enfermedades, riesgo de atropello, otros accidentes, envenenamiento y agresiones.
LMN

También y no menos importante, su acceso al exterior aumenta el riesgo de que se conviertan en transmisores de enfermedades zoonóticas y en tercer lugar, comienza a ser frecuente que los titulares de gatos se sientan responsables del efecto que tienen los felinos domésticos en la fauna silvestre, principalmente por la caza . Por todo ello, muchos de estos convivientes con gatos que entran y salen desearían poder revertir este hábito y que se convierta en un animal de interior.

Sin embargo, esto resulta más fácil de decir que de hacer, ya que los gatos pueden mostrar comportamientos neuróticos como maullar, arañar puertas o ventanas e incluso reaccionar de manera agresiva si se les impide salir al exterior de forma repentina y prolongada.

Para reducir el impacto medioambiental que los gatos domésticos con dueño provocan en sus salidas, muchos propietarios optan por el uso de dispositivos que disuaden a las presas potenciales, como collares con cascabeles o que emitan señales acústicas ultrasónicas. Pero, ¿cómo afectan estas medidas al comportamiento y al bienestar de los gatos?

El enriquecimiento ambiental: factor clave

Para responder a esta pregunta, un grupo de investigadores británicos ha realizado un estudio basado en el seguimiento por GPS de 355 gatos domésticos con acceso al exterior, en un área urbana. El estudio, uno de los más amplios y rigurosos realizado hasta la fecha, tuvo una duración de cuatro semanas, y se asignó a los gatos participantes en cuatro grupos: sin restricciones, con restricciones nocturnas, con collares con cascabeles y con collares ultrasónicos.

En el resultado, se observó que las restricciones nocturnas, lo que implica impedirles salir durante la noche, fue la medida más efectiva para reducir su actividad depredadora. Los collares, sean con cascabeles o con ultrasonidos, no parecieron mostrar un efecto destacable en el conjunto de los resultados.

Sin embargo, los investigadores advierten que este encierro súbito puede tener efectos negativos en el bienestar de los gatos que están acostumbrados a salir libremente, y por ello recomiendan que la única vía posible para mitigar este efecto es proporcionarles un ambiente enriquecido.

Este enriquecimiento ambiental debe cubrir las necesidades de caza, exploración y juego que obtienen en la calle. Los autores mencionan algunos ejemplos como:

-Juguetes interactivos que imiten el movimiento de las presas.

-Escondites y plataformas elevadas.

-Hierbas aptas para gatos que estimulen a olfatear y morder.

-Cajas de cartón que ofrezcan lugares donde esconderse o explorar.

-Rascadores para satisfacer sus necesidades de afilamiento de uñas.

Para ir quitándole a un gato el hábito de salir, se deben introducir los elementos de enriquecimiento ambiental de forma gradual, observando su reacción. Si muestra signos de stress  o desinterés, se puede retirar el elemento o cambiarlo por otro. Debemos rotar los elementos de enriquecimiento ambiental cada cierto tiempo para mantener el interés y evitar la habituación. Los autores señalan que es aconsejable jugar a diario con el gato usando este enriquecimiento ambiental de interior y premiarle con comida, golosinas o caricias cuando el animal participe activamente, para realizar una asociación mediante el refuerzo positivo.

Por otro lado, es fundamental ofrecerle una dieta adecuada y mantener su peso bajo control, ya que un gato sedentario puede desarrollar problemas de obesidad y otros trastornos metabólicos.

El enriquecimiento ambiental debe ser variado y adaptarse a las preferencias individuales de cada gato. Los investigadores del estudio también proponen que consultemos con un educador felino para establecer un plan más personalizado e ir ajustando las estrategias en función de la personalidad y necesidades de cada gato en particular. Con paciencia y dedicación, podemos conseguir que nuestro gato disfrute de una vida plena y segura en el interior de nuestro hogar.