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“Erase una vez en América”, una obra maestra, la última película de Sergio Leone

He intentado ver alguno de los estrenos que ha habido en estos días, pero ha sido imposible encontrar algo por lo menos medio bueno para recomendar a nuestros lectores. No he podido encontrar una sala en donde exhibieran algo decente. Las distribuidoras están guardando lo más taquillero para mejor ocasión.
BettyGS

Una amiga me invitó el otro día, coincidiendo con la fecha de la muerte de Sergio Leone (30 de mayo de 1989), a la proyección de la que está considerada su obra maestra: “Erase una vez en América”, con la inolvidable banda sonora de Ennio Morricone. Cuatro horas (la película se exhibió en dos entregas de dos horas cada una) de ver sin respirar escena a escena, plano a plano, interpretaciones extraordinarias y una historia que Leone quiso que durara seis horas, pero que no fue posible.

El guión está basado en la novela “The Hoods” (en España se publicó en 1953 con el título “Gansters”) del escritor Harry Grey. Leone se entrevistó con él y estas conversaciones le decidieron a contar el guion de la película de forma retrospectiva, como hizo.

La película comienza en el Nueva York de 1920 en el guetto judio de East Sise de Manhattan. David Aaronson «Noodles» y Maximilian Bercovicz «Max» forman, junto a  Patrick Goldberg «Patsy», Philip Stein «Cockeye» y Dominic, una banda  que prospera rápidamente con ayuda de otro amigo, Moe «Fat» Gelly, de cuya ambiciosa hermana Deborah, Noodles está enamorado y viceversa.

Diversas secuencias nos narran las andanzas de esta banda juvenil hasta que Noodles mata a al gánster que antes había acabado con la vida del pequeño Dominic. Le condenan a 12 años de cárcel y damos un salto hasta 1932 cuando a la salida de su encierro  le recibe Max, que sigue con su banda junto a los otros dos amigos, Patsy y Cockeye, y que ha prosperado aún más durante su ausencia. Los cuatro juntos, finalmente, consiguen convertirse, en tiempos de la “Prohibición”, en una de las más exitosas bandas de gansters del país.

Finalmente, pocos días antes del fin de la “Prohibición”, todos excepto Noodles, que no estaba allí, son masacrados en una redada de la policía de Nueva York y el dinero que tenían desaparece misteriosamente.

Y damos un salto de 35 años y encontramos a Noodles en Florida, viviendo parcialmente fuera de la realidad por lo ocurrido y bajo una identidad falsa para protegerse. Encuentra finalmente una pista sobre lo ocurrido hace tantos años a través de una extraña carta dirigida hacia él, donde se le informa, que se han puesto los cadáveres de sus amigos muertos en un lugar de lujo. Por ello decide volver a Nueva York para resolver el misterio de lo ocurrido y enfrentarse a su pasado una última vez.

En la investigación que comienza, descubre que el hombre que lo hizo, es el Secretario Bailey, un hombre importante en la política, que se ha convertido en el protagonista de un escándalo por ser el principal sospechoso de un sistemático fraude. También encuentra el equivalente del dinero de la banda y una invitación a su mansión. Finalmente averigua que Deborah lo conoce y la obliga a confesar que es Max, que ha sido su amante y que la ayudó en su exitosa carrera. La maldice por ello y se va maldiciendo.

Noodles decide aceptar la invitación y se va a la mansión para enfrentarse a Max. Él le cuenta que orquestó la matanza y destruyó su vida a través de contactos propios en el mundo criminal. También controlaban a los policías que cometieron la masacre y, para hacerlo posible, él disparó contra ellos para que ocurriese una matanza con apariencia legal y así poder fingir su muerte con su ayuda, culpar de ello por su ausencia, robar luego el dinero de la banda y entrar con él en el mundo sindical y político bajo el nombre de Bailey.

Y ya no contamos más. El final se lo dejamos a todos aquellos curiosos que busquen, encuentren y disfruten de esta auténtica obra maestra que, por cierto, fue el proyecto más personal de Sergio Leone y el que con más ahínco había querido realizar desde que empezó su carrera.

Y, como hemos dicho, disfrutar de la música de Ennio Morricone (amigos él y Sergio desde la infancia y que hicieron juntos más de una veintena de películas) o, por lo menos, buscarla en las redes. Verán como la habrán oido utilizada en multitud de ocasiones.