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El Guardián entre el Centeno cumple 70 años y sigue siendo uno de los mayores éxitos de venta en el mundo

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Acabo de leer que la novela de Salinger cumple 70 años de su publicación y algo me ha empujado a escribir todo lo que me ha venido a la mente sobre “El guardián en el centeno”.
Manuel Vega

Hace como treinta años en los círculos que frecuentaba se hablaba de esta novela y la leí sin más información que la que oía a los demás. La conclusión, para ser sincero, es que no me gustó. Tampoco quiero decir que era mala. No, simplemente no entendí si era una novela, un estudio sociopsicológico de la juventud americana o una autobiografía del autor.

La prosa es excelente, de eso no hay duda, pero hay miles de escritores que la igualan o la mejoran en calidad. ¿Qué es lo que ha hecho de “El guardian” sea uno de los mayores éxitos de ventas mundiales?

Leamos un pequeño resumen de lo que vamos a encontrar:

“Las peripecias del adolescente Holden Cauldfiel en una Nueva York que se recupera de la guerra influyeron en sucesivas generaciones de todo el mundo. En su confesión sincera y sin tapujos, muy lejos de la visión almibarada de la adolescencia que imperó hasta entonces, Holden nos desvela la realidad de un muchacho enfrentado al fracaso escolar, a las rígidas normas de una familia tradicional, a la experiencia de la sexualidad más allá del mero deseo”.

Esta es la sinopsis que publica la Casa del Libro para invitarnos a comprarla,lo mismo que hacen con el número de ventas como sólido marketing (si la han leído tantos millones la tengo que comprar), pero, a continuación, también publica la opinión de un lector, Sergio Pérez Tapia, que suscribo totalmente:

“Tengo que felicitar a este libro por crear a un personaje muy realista, pero no por más. La historia carece de un elemento intrigante y cuanto más avanzas más pesada se siente. No tiene una trama real, solo es la vida de Holden y sus reflexiones, no hay conflictos graves ni ningún tipo de suspense que te haga querer seguir leyendo. En mi opinión, es un libro muy sobrevalorado, aunque espero que no se me malentienda; tiene cosas que aprecio y que me han dejado pensando un par de horas, por eso creo que sirve más como un libro del que aprender que una historia de la que disfrutar. PD: lo terminé porque es corto, si tuviera más páginas lo habría dejado a medio leer”.

Para entender esta novela o apreciarla, es necesario vivir en Nueva York en los 60 y 70 y ser ventiañero. Lo que puede experimentar o sentir uno de ellos nada tiene que ver con nuestra sociedad y nuestra cultura. Algo si puede ser común, pero siempre bajo premisas diferentes.

El hecho de que todo tipo de chalados, entre ellos el asesino de John Lennon, lo hayan citado como una de sus principales influencias y los cientos de películas, discos y novelas que se basan, de una manera u otra, en el estereotipo del adolescente inadaptado que tanto éxito tuvo.

D.J. Salinger nació en Nueva York y, cuentan los que más le han estudiado, que tardó más de 10 años en terminar esta novela y ha pasado a la historia como un misántropo. Siempre fue un tipo raro, muy poco sociable, pero con todos el mundo. Se ha escrito que tuvo más de veinte relaciones con jóvenes de 18 años con pretensiones de escritoras. Reconozco que no es un personaje muy simpático para mí, ni siquiera por su físico.

La semana pasada Movistar estrenó en televisión la película “Mi año con Salinger” basada en la novela homónima de Joanna Rakoff, muy autobiográfica. En ella, coprotagonizada por Sigourney Weaver, lo más relevante para mí en el film, por cierto, cuenta la historia de Joanna, una joven que, aspirando a ser una gran escritora, consigue encontrar trabajo como ayudante de la agente literaria (Sigourney Weaver) de J. D. Salinger.

No merece mucho la pena, pero ha coincidido con este aniversario y en ella podemos acercarnos más al escritor y, tal vez, entender desde el punto de vista americano este fenómeno.

Salinger, además de “El guardián”, solo escribió en los siguientes años tres cuentos, que no he leído y de los que no puedo hablar. Tampoco me interesan aunque sea un mensaje muy negativo.

Y aunque sea mi mensaje muy humilde ya que no soy un crítico literario, si no tienen veinte años no lean “El guardián entre el centeno” y si los tienen, tampoco. Si lo hacen por decir que lo han leído me parece bien. Yo, prácticamente, lo hice por ello.