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“Cobra Kai”: “Dar cera, pulir cera” sigue de moda tres décadas después

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Por José Ignacio Vidal
La serie, que se puede ver ya en Netflix, recupera la magia y esencia de la película “Karate Kid”. ¿Qué habrá sido de los protagonistas más de 30 años después? Ahora ya lo pueden averiguar, y a buen seguro que no les va a decepcionar porque no es una continuación más… . 
Jose Ignacio Vidal

Les propongo un viaje al pasado, concretamente a 1984. A una escena mítica, al menos para los de la generación de la EGB. Últimos minutos de película. Hay un combate de karate. Un chaval más bien enclenque -de hecho siempre pensé que el batín blanco le venía varias tallas grande y que estaba hecho a propósito-. Enfrente, otro chaval en mucha mejor forma cuyo uniforme, negro, le sienta bastante mejor. Es el último asalto. De repente, el chaval enclenque se pone en una posición como imitando una grulla esperando el ataque del rival. Suspense. La música -de Bill Conti, uno de mis favoritos- acompaña y de qué manera. El chaval de negro ataca y…. ¡zas! El enclenque le arrea una patada en la cara que finiquita el combate. La música estalla y el público también. Gana, claro. Y la última toma muestra a su entrenador, de Okinawa, Japón, afirmando satisfecho. ¿Ya lo tienen, verdad? Si. “Karate Kid”. Cuántas veces la habremos visto y cuántas esa última escena del film dirigido por John Avildsen, director de la también inolvidable Rocky, nos habrá emocionado. Pues esa misma escena arranca la serie de la que les hablamos hoy, “Cobra Kai”, disponible en Netflix. Aquella recordada película tuvo en su momento dos partes más, aunque ya no eran lo mismo, sobre todo la segunda, porque la tercera aún tiene un pase.

Sin embargo, las tornas han cambiado ahora en la serie. Daniel Larusso, el chaval enclenque al que todos pegaban y que resarce en aquel campeonato de karate es ahora un próspero hombre de negocios. Por contra Johny Lawrence, el “cachas” guajiro, es un fracasado. 34 años después, y parece que fue ayer, aquella patada en la cara le sigue golpeando en su errática vida. “Cobra Kai” llega ahora a Netflix. Antes -su estreno fue en 2018- se pudo ver en YouTube, pero ha sido su estreno en la famosa plataforma la que le ha dado notoriedad. De hecho, durante sus primeras semanas, fue de lo más visto. 

Situémonos en contexto: Johnny Lawrence (William Zabka) es un cuarentón alcohólico cuya vida no le ha ido nada bien. Divorciado y con un hijo que no quiere saber nada de él, está completamente desmotivado en su trabajo de “manitas”. Una noche decide intervenir para defender a Miguel (Xolo Maridueña), un joven chi que estaba siendo acosado por unos compañeros de instituto. Ahí empieza la “resurreccion” de Lawrence, quien, tras un incidente -ya lo verán ustedes- vuelve a cruzar su camino con Daniel Larusso (Ralph Macchio), convertido ahora en en un exitoso magnate del sector del automóvil y que para más inri, y desdicha de Lawrence, culmina sus anuncios de sus concesionarios en la televisión con la palabra “Banzai”, que taladra con insistencia la cabeza de Lawrence y reverdece su pesadilla no superada: aquel combate del que les hablábamos al principio. Decíamos que los caminos de ambos vuelven a cruzarse, circunstancia clave para que Lawrence abra de nuevo el Dojo Cobra Kai y… y hasta aquí, lo demás tendrán que verlo por sí mismos.

Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg (“2 colgaos muy fumaos”) hacen equipo con Josh Heald (“Jacuzzi al pasado”) para escribir y dirigir esta serie. Ustedes se extrañarán que guionistas especializados en comedia sean los escritores de “Cobra Kai”, pero es que aquí se cumple una paradoja que se repite muchas veces: los cómicos saben -e incluso a veces superan a los especialistas- y de una manera sobresaliente, escribir e interpretar el drama, porque si bien hay cierta dosis cómica en esta serie, el transfondo dramático se manifiesta claramente. Y es que en “Cobra Kai” hay bullyng, habla de personas indeseables, de segundas oportunidades y, en el espíritu de la saga, de perdedores que salen vencedores. La producción sigue las líneas maestras de la película: están los adolescentes, los adultos con fuertes convicciones en torno a cómo es la vida y, por supuesto, un nuevo campeonato de karate Sub-18. 

Hay que subrayar un hecho, que en opinión de “La Mirada” no solo no sobra sino que habría ido a por el DVD a ponerse la escena de la que hablábamos al principio: comenzar la serie con esa última escena de la película original puede dar una impresión rara debido al temor de que la serie fuera apta solo para fans de la saga con un montón de referencias que para los profanos pueden resultar despistantes. Pues no, y ese es otro mérito suyo. La serie es accesible para todos los públicos -y edades a partir diría yo de los 16 años-, porque solo utiliza esos flashbacks lo justo y necesario. 

Casi de puntillas, “Cobra Kai” se está convirtiendo en una de las sensaciones de la temporada en Netflix y él boca-oreja -el mejor método para mi- funciona porque somos todavía muchos – no solo de la generación. EGB sino fans de la saga- que seguimos creyendo en aquel mantra que el profesor Miyagi inculcaba a su discípulo Larusso: “dar cera, pulir cera”. Y algunos pensaban que estaba pasado de moda…