Opinión

Ciudadanos de Ultraizquierda

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Se montaron una juerga, botellón a costa de los vecinos de Alcobendas que pagaban las litronas y el alcohol, tomando por pagafantas a sus votantes que les traían los refrescos sin conocer la pócima maldita que preparaban en la trastienda.
Ramón Cubián

Se disfrazaron de adalides de un purismo que a algunos sedujo, al rebufo de un Albert Rivera que parecía venir a todas partes, sin importar quien formara cada candidatura local, regional, nacional o europea, porque el voto naranja era un voto siempre a los de Rivera.

Pero disfraz, simple disfraz que ocultaba al más populista estilo oportunista… para montarse una juerga que les desternilla en la cara atónita de sus votantes, en la sorpresa común de los vecinos de Alcobendas que no acierta a entender lo ininteligible… o sí.

La falsa “renovación naranja”, la que habría de controlar al PP que llevaba mucho tiempo gobernando en Alcobendas; la que garantizaba -pinzas en nariz incluidas si Vox rondaba cerca- que los “extremos” no estarían ni condicionarían la gobernabilidad del Consistorio… era sólo un proyecto de sillón para un botellón, un proyecto para una juerga.

Y sobre el sillón saltaron… asaltaron sobre él.

Tiene historia.

Las urnas del 19 dijeron centro derecha, con diez ediles populares y cinco de naranja enseña; apartando a la izquierda que apenas sumaba nueve y uno más de Podemos por si cuenta la ultraizquierda.

Ya sorpresa de vecinos -de sus votantes y de la Ciudad entera- fue que entonces pactara Ciudadanos con los de Sánchez para apartar a los populares ganadores, tanto en votos como preferidos de encuestas. Pero el sillón que les prometían -por dos años luna alcaldía roja de Alcobendas-, les sedujo más que sus votos, que sus votantes, que sus principios oportunos que por otros más de esto les surgieran.

El PP, yo mismo, dos años desde entonces tendiéndoles la mano tras paralizarse Alcobendas. Ofreciendo alternativa al desgobierno. Un desgobierno a bofetadas con quejas documentadas de concejales naranjas reclamando incumplimientos al socio rojo que les paraliza -uno tras otro- todo proyecto y reforma; un alcalde socialista que cesa y relega al vicealcalde naranja; y estos a su vez que, entre zancadillas, se critican todos entre sí para ver quien los comanda.

Y, con la mano popular tendida, los comicios de mayo pasado hicieron de consulta: Ciudadanos se quedaría en cero -desaparecida- y el PP que subía a 15, recogía todo su voto, el propio de centro derecha del que abjuraban sus ediles en su pacto de izquierdas.

Pues la mano siguió tendida… hasta que el traidor más se descubriera.

Rechazando la mano, rechazando la oferta del Partido Popular, rechazando la oferta del mismo centro derecha que les votara… ya es naranja el Alcalde de Alcobendas.

Desternillados en la sorpresa común de los vecinos de Alcobendas, burlados de la cara atónita de sus votantes, CIUDADANOS + PSOE + PODEMOS -nuevo bloque de ultraizquierda- repactaron el pacto de sillón para los naranjas al más puro estilo y servicio del Sánchez socialista que nos gobierna.

Puño en alto de botellón las tres fuerzas -si es que fuerza puede denominarse a la suma de miserias- donde los vecinos de Alcobendas pagan sus juergas, sus litronas y su alcohol, despreciando por pagafantas a sus votantes de centro derecha, todo al brindis y risotada de “disfrutemos… total, ¡para lo que nos queda!”

A nosotros, a los populares, porque nos sigue quedando Alcobendas, porque creemos en nuestros vecinos, en nuestra Ciudad, en otra forma de hacer las cosas, en la gestión de calidad, en los servicios, en las empresas, en el empleo, en la creación de riqueza, en la solidaridad, por nuestros hijos y su futuro, por todos y por la mayoría que nos representa.

Nos seguirán teniendo al pie del cañón, con iniciativas y propuestas al tiempo que con la más rigurosa oposición… hasta que las próximas elecciones nos devuelvan, os devuelvan Alcobendas.

Ramón Cubián/Portavoz PP Alcobendas