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Atención, los satélites de Elon Musk nos están poniendo en peligro a todos

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Después de postularse como salvación de la humanidad contra asteroides letales, un estudio afirma que Elon Musk está poniendo en peligro su detección y la astronomía.
Agencias

Los satélites Starlink de Elon Musk están poniendo en peligro la defensa planetaria contra asteroides potencialmente peligrosos. A pesar de las excusas que Musk pone en Twitter, un nuevo estudio afirma que, además de dificultar la investigación astronómica, el radical incremento de satélites en órbita baja está interfiriendo con nuestra capacidad de detectar asteroides que pueden ocasionar graves daños en la superficie terrestre, como el de Tunguska.

Son las conclusiones  publicadas el 14 de enero en el diario científico Astrophysical Journal Letters, que examinó 300.000 fotografías tomadas por el Observatorio Palomar en California. En su examen descubrieron que las imágenes contaminadas por satélites Starlink se multiplicaron por 35 en el periodo comprendido entre noviembre de 2019 y 2021.

De mal en peor

Los problemas coinciden con el incremento de satélites Starlink en órbita. Ahora mismo hay unos 1.900 y las autoridades aeroespaciales norteamericanas ya han dado permiso a Musk para que ponga 12.000 más en los próximos meses, algo que el magnate planea hacer con con su nuevo Starship. Musk no se quedará ahí: su objetivo es poner 42.000 Starlinks en órbita, o, si no, irá a la quiebra.

El estudio dice que la polución en las imágenes astronómicas no afecta gravemente a las observaciones científicas, aunque estéticamente sí afecten a las imágenes del espacio.

El astrónomo de la Universidad de Washington Eric Bellm dice que el estudio demuestra que los satélites Starlink complican los esfuerzos de detección y seguimientos de asteroides y cometas potencialmente peligrosos para los seres humanos, ya sea en impactos locales, regionales o para la supervivencia de toda la especie: “definitivamente afecta en cierta medida a la defensa planetaria».

La NASA coincide. En declaraciones de un portavoz de la agencia espacial al WSJ “Los satélites de Starlink tienen el potencial de interferir con las observaciones terrestres al aumentar la complejidad de diferenciar los satélites artificiales de objetos naturales como asteroides y cometas».

Dónde está el límite

Lo malo es que no es sólo Elon Musk y SpaceX. Su archirival Jeff Bezos y Amazon también están planeando lanzar su propia red de satétiltes a la que llaman Kuiper, como el cinturón de asteroides que rodea todo el sistema solar desde la órbita de Neptuno a 50 unidades astronómicas desde el Sol, 200 veces más masivo que el cinturón entre Marte y Júpiter. Amazon planea iniciar operaciones con 3.236 satélites en órbita baja, pero busca la misma densidad que SpaceX para cubrir todo el planeta.

También China tiene su proyecto de lanzamiento de satélites para ofrecer internet a 500Mbps, algo irónico cuando su gobierno ha presentado una queja formal ante las Naciones Unidas para que Estados Unidos apriete las tuercas a Musk después de dos incidentes que los asiáticos calificaron como peligrosos para la integridad de su nueva estación espacial. La constelación china será sólo una fracción de las de SpaceX o Amazon, pero añadirá aún más confusión en un espacio que está acelerando su camino hacia la saturación.

El argumento de Musk y compañía es que el espacio es mucho más grande de lo que nos imaginamos y que además es de todos. Es cierto que es mucho más grande de lo que nos imaginamos, pero también sabemos que no es tan sencillo como lo pinta Musk, obviamente movido por sus ambiciosos planes de negocio.

Entre SpaceX, Amazon y China corremos el peligro de entrar en una suficiente saturación de la órbita baja terrestre podemos entrar en una reacción en cadena de colisiones que terminarían impidiendo los viajes espaciales durante generaciones. Por su ambición desmedida, Musk, Bezos y compañía, no están dudando en jugársela. O mejor dicho, en que nos la juguemos todos para su potencial beneficio económico y geoestratégico.