¿Sabes alimentarte bien?
Comer o alimentarse no es lo mismo que nutrirse. Muchos pensamos que, por el simple hecho de realizar 5 comidas al día, nos estamos cuidando correctamente pero, nada más lejos de la realidad, la nutrición es una asignatura pendiente que, en ocasiones, se debe a una situación de dejadez y de comodidad en el día a día, o simplemente a que nos falta información clara sobre el tema.
Alimentarse se refiere al hecho de ingerir alimentos, sean o no saludables, en cambio, nutrirse es comer productos que aporten algún beneficio a nuestro cuerpo con el fin de que éste pueda llevar a cabo sus funciones vitales, proporcionándonos la energía suficiente para llegar en buenas condiciones al final del día.
Proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales, fibra y agua son imprescindibles en la alimentación habitual para no enfermar, sin embargo, cada vez están más de moda las dietas restrictivas de adelgazamiento, las cuales van en contra de todo esto ya que, aunque en un principio la pérdida de peso es significativa y nos sentimos eufóricos y contentos por ello, a la larga resultan ser una “piedra tirada contra nuestro propio tejado” ya que puede desembocar en déficits nutricionales que podrían desembocar en serias enfermedades.
Consumir muchas calorías tampoco es la solución. Hace años un niño gordito se consideraba un niño sano, pero la realidad es otra pues se ha visto que los kilos en exceso, o en defecto, no siempre están directamente relacionados con una buena salud, de hecho, hay quien se mantiene en su peso, e incluso más delgado, pero tiene importantes carencias nutricionales.
¿Cómo ponerle remedio? Eligiendo muy bien los alimentos que tomamos cada día. Los productos procesados y la comida rápida o fast food no aportan más que calorías vacías, es decir, contribuyen a “engordar la báscula” sin que obtengamos ningún nutriente, por lo que deberían suprimirse o tomarse sólo de manera ocasional.
Las proteínas debemos obtenerlas a través de las carnes, eligiendo preferiblemente las magras o menos grasas (pollo, pavo, conejo, ternera blanca…), de los pescados y de los huevos.
Los carbohidratos provenientes de la fruta son una elección ideal pero también los cereales de grano entero (pan, pasta, arroz…), consumidos con moderación, son esenciales.
En cuanto a las grasas, no hay que dejar de tomarlas para perder peso, simplemente tenemos que optar por las denominadas “saludables”, como el aceite de oliva virgen extra, el aguacate y los frutos secos, todos ellos considerados como alimentos cardiosaludables.
Frutas, verduras y hortalizas son esenciales como fuente de vitaminas y minerales que, además, nos aportan fibra para regular el tracto gastrointestinal y evitar el estreñimiento.
La hidratación es fundamental y, aunque todo suma si consumimos con frecuencia caldos, sopas, zumos naturales, infusiones y fruta fresca, es el agua la bebida de elección para mantenernos en plena forma. Ojo, aunque se consideran bebidas, el alcohol y los refrescos provocan deshidratación, calorías en exceso y mucho azúcar de rápida absorción que no nos hace ningún bien. Revisa lo que comes y ganarás salud y bienestar.
Dra. Blanca Rodríguez Ayala. Médico.
@blanca4615