Ponte Vecchio sobre el río Arno en Florencia
El nombre Ponte Vecchio significa «puente viejo» en italiano. De hecho, el primer puente sobre el río Arno en Florencia, se construyó probablemente aquí durante la época romana. Y hay que verlo al menos una vez en la vida.
LMN
El puente actual data de 1345. Los comerciantes han atendido las tiendas en el puente durante siglos. Al principio, eran principalmente carnicerías y pescaderías las que operaban aquí, pero a finales del siglo XVI, los líderes de la ciudad les dieron la patada, citando los olores como demasiado ofensivos. Hoy en día, los visitantes encontrarán joyeros, orfebres y otros artesanos vendiendo sus productos, así como turistas posando para fotografías.
Se cree que fue un puente construido inicialmente en madera por los romanos, poco después de la fundación de Florencia sobre el año 150 a. C. Esa pasarela se consolidó y amplió hacia el 123, cuando el emperador Adriano promovió la construcción de la vía Cassia Nuova, que atravesaba la ciudad y que correspondía, se puede suponer, a las calles Bardi y San Niccolò. El primer puente romano fue destruido en el s. VI-VII, consecuencia del descuido y las guerras bárbaras, además de probables daños relacionados con las inundaciones.
Es difícil saber cuántos puentes han sido destruidos y cuántos reconstruidos por las frecuentes inundaciones del Rio Arno. Giovanni Villani habló de un puente construido bajo el mandato de Carlomagno, y es quizá en el siglo IX o X cuando el puente tuviera la posición actual.
Tras ser dañado en 1222 y 1322, fue destruido por una inundación en 1333. Fue reconstruido enteramente de piedra entre 1335 y 1345. Vasari atribuye su diseño al arquitecto y pintor italiano addeo Gaddi.
Desde siempre ha contenido distintas tiendas y gran actividad comercial; según la leyenda, esto se debe a que en el puente había exención de impuestos. Los comerciantes eran autorizados antiguamente a mostrar sus mercancías sobre mesas por magistrado comunal. Cuando un vendedor no podía pagar sus deudas, su puesto para la venta era rota por los soldados (bancarrota). Al no disponer ya de una mesa, el comerciante no podía vender sus mercancías.
Al comienzo, los comerciantes alineaban sus tenderetes («botteghe») a ambos lados del puente. Pero en 1495, la ciudad, que era la dueña y arrendadora de las tiendas a los comerciantes, se vio obligada a vender las parcelas, por razones económicas. A partir de entonces, las tiendas comenzaron a agrandarse y se multiplicaron los voladizos sobre el río, que hoy configuran la imagen del puente.5
En 1593 el Gran Duque Fernando I decidió expulsar del puente a los carniceros, prohibiéndoles realizar sus actividades en el lugar. Se dice que no soportaba los olores de ese comercio mientras él y sus visitantes extranjeros iban desde el Palazzo Vecchio hasta la residencia de la familia Médici, en el Palazzo Pitti, pasando sobre el corredor vasariano. Además, para aumentar el prestigio del lugar, fomentó que el sitio vacante de los carniceros fuera inmediatamente ocupado por orfebres, joyeros y comerciantes de oro, que actualmente siguen ocupando los voladizos y puestos del puente.5 La asociación de carniceros había monopolizado los negocios sobre el puente desde 1442.
Durante la Segunda Guerra Mundial, a diferencia de todos los demás puentes de Florencia que fueron volados, el Ponte Vecchio no fue destruido por los alemanes durante su retirada el 4 de agosto de 1944.6 Según la leyenda – versión que se ha mantenido hasta el día de hoy – esto se debió a una orden expresa del Führer.
Hitler conoció este puente en 1938, en una visita de estado que el líder alemán hizo a Florencia, junto al Duce Benito Mussolini y quedó prendado de la noble estructura. La perentoria orden fue obedecida y, gracias a esta disposición de respetar el venerable puente, este habría resultado absolutamente indemne de cualquier daño serio y así, prevaleció para la posteridad.
Monumento a Benvenuto Cellini
En el centro del puente hay dos terrazas panorámicas: una está cubierta por el corredor vasariano; la otra alberga el monumento a Benvenuto Cellini, realizado por Raffaello Romanelli e inaugurado el 26 de mayo de 1901. La obra, dotada con una fuente, fue colocada en la celebración del cuarto centenario del nacimiento de Cellini.
El pedestal está decorado con motivos típicos de la época de Cellini, como festones, máscaras, garras de león, cabezas de carnero (emblema de Cosme I), etcétera.