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Pon un DirCom en tu empresa

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No puedo evitar elogiar una de las profesiones más estratégicas y que más habilidades y conocimientos diversos requieren: DirCom. Directoras y directores de comunicación son una figura clave en las empresas y los beneficios de su trabajo, tantas veces calificados de “intangibles”, son realmente tangibles en el propósito y la necesidad de la empresa de hablar y escuchar. Una empresa que impulsa e involucra a su dirección de comunicación, ya nos dice que mima lo que hace y lo que cuenta.

Dice mi amigo Juan Aisa que el mejor KPI para medir el trabajo de un DirCom es lograr que cuando él, CEO de una multinacional, va a una reunión le preceda: uno, que conocen su marca y dos, que tienen buenas impresiones sobre ella. Una reputación que le preceda, vamos.

Y eso, que parece fácil, lleva un trabajo detrás impresionante. No solo de ejecución sino de comprensión del negocio, de sus fortalezas y sus debilidades, de sus valores – los de verdad y de los que nos gustarían – de escuchar qué demanda el mercado, de traducir en algo entendible conceptos e ideas complejas… ¡Ah! Y esa parte tan política de conciliar diferentes intereses de los diferentes directivos de cada uno de los negocios. Gestión de egos; un concepto a explorar y a explotar. Ahí lo dejo.

Tras 28 años de una profesión que comencé en una agencia de publicidad para pasar luego a dos clientes finales (primero uno, luego el actual) no puedo sino poner en valor el aprendizaje constante al que se auto somete el o la DirCom. Con nostalgia, y al más puro estilo abuela cebolleta, recuerdo cuando enviábamos notas de prensa impresas en papel, acompañadas por una o dos diapositivas y metida en sobre con etiqueta y sello. No se escapaba una errata ante la idea de imprimir mil folios; la foto de la diapo era elegida sobre mesa de luz y tenía que ser la mejor porque se iban a hacer mil duplicados. Hoy, el correo electrónico, la web, el SEO, nos ha quitado algo de aquella pulcritud, de aquella investigación sin internet que hacíamos para redactar algo que de verdad interesara al periodista y que supusiera lograr un “clipping”, uno de esos vocablos importados que jamás hemos pronunciado como se debe. ¡Y nos hablan a nosotros de transformación digital!

Me gusta decir que el DirCom es que el hace que la empresa hable. Que hable cuando monta una reunión y la carpeta, los bolis, los ordenadores… todo respira marca. Que hable con los vinilos que decoran las paredes de sus oficinas. Que hable cuando hay que comunicar una decisión estratégica; qué bien sale cuando esa decisión se comenta antes con el DirCom que analiza el impacto en cada grupo de interés, comenzando por la propia plantilla. Que hable desde la credibilidad y la reputación construida cuando las cosas no salen bien, cuando hay una crítica Que hable cuando firmamos un correo. Que hable cuando contestamos a un comentario en una red social. Que hable hasta cuando es un periodista el que emprende el relato. Todo comunica; todo habla de la empresa.

Así que felicidades a todas las personas que nos dedicamos a esta noble y leal profesión. Porque los directores de comunicación tenemos que amar y admirar a nuestras marcas para poder potenciar todos sus valores, todas sus virtudes, y contribuir así, tangible e intangiblemente, al desarrollo del negocio.