Max Verstappen consigue en el GP de Las Vegas su cuarta corona mundial a falta de 2 carreras
El holandés sigue haciendo historia en la Fórmula 1 ya que consigue su cuarto título consecutivo y alcanza a Alain Prost y Sebastian Vettel con cuatro títulos y queda a uno Fangio.
LMN
Nació el 30 de septiembre de 1997 en Hasselt, una ciudad al este de Bélgica y a 40 minutos del famoso circuito de Spa Francorchamps, donde hace 30 años Michael Schumacher debutó en la F1, quien en 1994 fue compañero en Benetton de Jos Verstappen, el padre de Max, que en esa temporada logró sus únicos dos podios en la categoría. Su madre, Sophie Kumpen, también corrió y brilló en el karting. Criado en el ambiente, era obvio que iba a dedicarse automovilismo. Heredó de su papá la fuerte personalidad, carisma y el ir siempre a fondo. Pero su talento es superior y lo hizo llegar al gran circo antes que nadie en 74 años de antigüedad que tiene la F1.
A los cuatro años se subió a un karting donde empezó a lucirse y en 2013 fue campeón mundial en la clase KZ (motores de 125 cm3), algo que es un diamante muy preciado para muchos corredores. Coronarse en el Mundial de la Comisión Internacional de Karting (CIK) de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), es una distinción porque es la máxima expresión en la escuela del automovilismo, por la paridad, nivel y cantidad de competidores. Ese cetro ecuménico de karts fue el que siempre quiso obtener Ayrton Senna y no pudo a pesar de sus intentos.
Fue en el karting donde se inició la gran rivalidad que se viene en la F1 y su duelo con Charles Leclerc, actual piloto de Ferrari. Uno de sus tantos encuentros ocurrió en una carrera del certamen europeo de invierno en 2012 (video), donde Max lideró hasta la última vuelta y acusó al monegasco de un toque que lo sacó del circuito. Charles se desentendió de lo ocurrido y desde esa época ya respondió sin polémicas. Ese día ambos fueron excluidos, pero Leclerc terminó quedándose con el torneo. Luego Verstappen tuvo revancha y le ganó el mencionado Mundial de karting.
Por su padre se nacionalizó holandés y confirmó que era un campeón del futuro. Los popes de Red Bull le pusieron el ojo y fue incorporado a su programa de desarrollo de pilotos. En 2014, con 16 años, debutó en la Fórmula 3 Europea. Llegó cuarto en su primera carrera, consiguió un podio en la tercera, obtuvo la pole position en la quinta, y su primera pole más victoria en la sexta. Logró otros nueve triunfos y terminó tercero en el campeonato. También venció en el Máster de Zandvoort, una clásica carrera de F3 que se disputa en su país.
Esa temporada, con solo 17 años recién cumplidos, Max se subió a un auto de F1. Fue con un Toro Rosso, haciendo equipo con Carlos Sainz, en una de las prácticas previas al Gran Premio de Japón. Con la mencionada escudería el sueño del pibe se le hizo realidad: fue el piloto más joven en debutar en la especialidad, cuando lo hizo con 17 años y 166 días en Australia en 2015. También es el más chico en ganar un Gran Premio, mérito que consiguió en España en 2016, con 18 años, 7 meses y 16 días. Aquella jornada fue su estreno en el equipo Red Bull y resultó la primera de sus diez victorias en la categoría.
Desde sus primeras carreras demostró su agresividad y eso no cayó bien en varios de sus colegas. Desde sus inicios en la F1 y siendo un adolescente se comportó con todos por igual. No importa quién estuvo enfrente, sea Hamilton o alguien del fondo del pelotón.
Se convirtió en el mejor detrás de los dos pilotos de Mercedes en 2019 y 2020. Fue clave su maduración a pesar de su corta edad. También el avance de los motores Honda. A pesar del dominio de los coches alemanes, entre 2014 y 2020, y del monólogo de Hamilton, siempre que pudo Max dio el golpe y aprovechó cada oportunidad.
Este fin de semana en Las Vegas se ha alzado con la corona de pilotos a falta de dos grandes premios, uniéndose al selecto club de los tetracampeons que integran Alain Prost y Sebastian Vettel, que también completó su gesta vistiendo los colores de Red Bull. Max, con una larga carrera deportiva por delante a tenor de su juventud, los cinco títulos de Juan Manuel Fangio son el siguiente objetivo del voraz neerlandés, que ya supera a leyendas como Ayrton Senna o Niki Lauda.
Verstappen es un auténtico ídolo de masas en su país. La ‘marea orange’ le sigue por los circuitos de medio mundo. “Nunca fui ‘Mad Max’. Simplemente, soy Max, un piloto profesional que trata de lograr el mejor resultado para su equipo”, subraya el de Red Bull, que reniega de su apodo y ha rechazado aparecer como protagonista en la exitosa ‘Drive to Survive’ de Netflix: “Sacan las cosas de contexto, nos hacen parecer héroes o villanos cuando sólo somos pilotos”, argumenta.