Opinión

Margarita, a secas

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La verdad es que a estas alturas de la película ponernos a defender o explicar las razones y motivos de Doña Margarita Robles, Ministra de Defensa del Gobierno de España, debería parecer absurdo o innecesario. Pero oteando a sus adversarios, creo que no viene mal, sino defenderla, ella se basta por sí misma, si situarnos de su lado a la sombra de su merecido prestigio e indudable valor.
Pedro LLorente

Cuando nuestro país, nuestra civilización, nuestros valores, entre ellos cabe recordar la igualdad de género, el respeto de cualquier opción sexual, la libertad de expresión entre otros, se ven amenazados por la injustificable agresión del gobierno ultraconservador de Vladimir Putin, hacía el pueblo de Ucrania, cuyo mayor pecado es anhelar ser una democracia de corte occidental y poder unirse a la Unión Europea. Lo normal, lo lógico, lo humanitario y lo justo desde cualquier punto de vista, sería unirnos en torno a nuestro gobierno y solidarizarnos y apoyar a la nación agredida, de la manera que se apoya a un pueblo que se ve sujeto a defender su libertad e integridad territorial. Primero mandando ayuda humanitaria y acogiendo a sus refugiados y segundo ofreciéndoles material bélico para que ejerzan el derecho a su legítima defensa.  No, no se producen este consenso en torno a nuestro gobierno y al derecho internacional, sino que surgen voces discrepantes que esgrimen argumentos contradictorios y escurridizos, para justificar lo contrario.

“No hay que armar a Ucrania, y así no contribuimos a una escalada militar y a alargar el conflicto”, “busquemos una salida negociada y un diálogo con el agresor” sin concretar cuál serían sus fines, “que actué la diplomacia” pedían estas voces. Bueno sino armamos a Ucrania, y la dejamos a merced de la potencia agresora, está claro que el conflicto durará menos se producirá seguramente una derrota del país agredido y si además ayudamos al país  violador del derecho internacional e incluso colaboramos con él en someter al pueblo Ucraniano, pues la guerra hubiera sido cuestión de días. También podíamos crear una mesa de diálogo, un proceso de paz, donde situemos en la misma posición a víctima y verdugo, y cual serían las peticiones rusas, que la Nación Ucraniana se viera sometida al imperialismo de su vecino, que viera mermada su integridad territorial, que renunciara a su soberanía y sino Ucrania no está dispuesta a esto, quiere decir que Ucrania no estaría por la Paz y por el diálogo al no someter su independencia al criterio de un vecino más violento y poderoso.

Pues eso, que ante la firmeza y la razón esgrimida en general por toda la comunidad internacional, la mayoría del pueblo español y la mayoría de su gobierno, encabezados por el presidente Pedro Sánchez y su ministra de Defensa Doña Margarita Robles, que han dado en todo momento muestras de valor, de humanidad y de una gran altura de miras, que como dijo nuestro Presidente “Nos hace ponernos en el lado correcto de la historia”.

Surgen manifestaciones grotescas, incongruentes u obsoletas que recuerdan a tiempos de antes de la caída del muro de Berlín. Argumentos trasnochados que culpabilizan a la víctima o sino directamente a la OTAN, cuando el único y exclusivo culpable, ha sido la loca ambición y los sueños de grandeza imperial de este fascista/comunista que es Vladimir Putin.

Ante esto es justo poner en valor el trabajo y la dignidad de una mujer que no ha dudado en ningún momento en dar un paso al frente, y defender los valores de nuestra civilización, de una unión europea fuerte y garante de las paz y la libertad en Europa, nuestra mejor general Margaritas, a secas.

Pedro Llorente/ PSOE San Sebastián de los Reyes