Educación

Los hijos, el reflejo de sus padres

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Que los hijos son el reflejo de los padres, es un hecho, pero que los padres quieren que sus hijos sean lo que ellos no han podido ser, también lo es.
Rosa Jiménez

Quizás hayas asistido, por ejemplo, a algún partido de fútbol en el que los padres “viven” el partido de sus hijos como si estuvieran ellos en el campo, sometiendo a una presión innecesaria a los niños, dejando de lado algunos de los valores que fomenta el deporte, como el respeto, tolerancia, trabajo en equipo, perseverancia, cooperación, etc…, superando en ocasiones, muchos límites.

Como padres, madres o representantes hemos de educar a nuestros hijos no solo en lo académico, sino también en lo moral y quizá, situaciones, como la que he descrito anteriormente no sean el mejor ejemplo para ellos.

Los adultos también fuimos niños

Si analizamos como somos de adultos, tendremos una fotografía de nosotros mismos de niños.

Desde la infancia vamos experimentando una serie de situaciones que van desde el rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia, que según Lise Bourbeau, son las heridas del ser humano y como cualquier herida física, si no se cura, se queda latente. Estas heridas si no son tratadas, nos acompañarán a lo largo de nuestra vida de adulto y se activarán ante cualquier situación generando comportamientos en nosotros con los que a menudo no nos sentimos identificados y esto es debido a que en la mayoría de las ocasiones no somos conscientes de tener estas heridas, ya que, como he comentado anteriormente, suelen surgir de situaciones de nuestra infancia, entre los 1 y los 7 años que no están sanadas.

Estas heridas explican muchas situaciones de las que ocurren en el ejemplo del partido de fútbol; el padre increpa al hijo, al árbitro, al entrenador, etc… por una situación que le parece injusta, pero en realidad lo que está ocurriendo es que el padre tiene una herida de “injusticia” de su infancia que sale a la luz en ese momento con una ira desmedida.

Es nuestra responsabilidad como adultos, sanar las heridas para que nuestro comportamiento afecte lo menos posible a nuestros hijos y sus creencias y valores, sean sólidos.

La educación en valores se cimienta en el hogar

La educación en valores ha de venir desde el hogar y esto significa que los padres han de ser ejemplos de vida para que sus hijos lleven una vida ordenada, sin presiones, con más respeto por las personas y por el medio ambiente, generando en ellos, momentos de felicidad.

Los valores se transmiten de generación en generación y te permiten tener una vida mejor porque te enseñan a convivir con los demás y a crecer como persona.

A través de la educación en valores se pueden conseguir muchos beneficios como: salud mental y emocional, autoestima positiva, bienestar personal y social, además de ser el vehículo para conseguir metas u objetivos.

Hay padres que preparan el camino a sus hijos y padres a sus hijos para el camino. ¿Qué tipo de padre / madre quieres ser?

Si quieres ser un adulto responsable dejando un gran legado de valores sólido a tus hijos, contacta conmigo a través de rosa.jimenez@rosajimenezz.com o tfno. 626623475.

Rosa Jiménez Zamora

Coach Certificada en Valores

rosajimenezz.com

@rosajimenezcoach