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Lo que queda fuera, de Manuel Rivas

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Me acerqué a este Lo que queda fuera para reencontrarme con Manuel Rivas, y por qué no decirlo, con las letras gallegas. Se trata de una obra muy cálida llena de sensibilidad, que más que un poemario parece una manta para las tardes de invierno. Acogedor, reconfortante, de esos libros que sales mejor de los que entras. De los que conviene guardar en la biblioteca personal para usar en casos de emergencia, ya sean propios o ajenos.

El mensaje del gallego es claro. La vida no es esto que perseguimos, y con lo que estamos todo el día obsesionados. La vida es “lo que queda fuera” de todo ese run run cotidiano, codiciado y sacralizado. Es lo que habita en las esquinas, en el olvido, en el horizonte lejano que ya no miramos.

Pegados a la inmediatez de las pantallas, redes sociales, internet en general, nos profesionalizamos en no perdernos nada importante, en estar constantemente actualizados, víctimas del Fear of Missing Out:

“Cuando el Diluvio amainó, / Noé liberó una paloma / y un cuervo. / La paloma volvió con una rama de olivo, / señal de que las aguas habían descendido. / Pero el cuervo desapareció /y no se volvió a hablar de él.”

Lo que queda fuera, publicado en la editorial Cuatro lunas el año pasado, en 2023, es la traducción al castellano de O que fica fóra, obra original publicada en gallego por la editorial Apiario en 2021 y por la que Manuel Rivas ganó el Premio de Creación Literaria de Galicia en 2022.

Es esta una obra breve, unos 25 poemas, contando tres poemas adicionales a la versión gallega: “Leche y plomo”, “Guía práctica”, y “Los 24 pasos de Lorca”. Los versos vienen muy bien acompañados por un delicioso ensayo: Por una luciérnaga (La ecología de las palabras en el manuscrito de la tierra), y un manifiesto del autor, todo un alegato en defensa de la importancia fundamental de la poesía: Manifiesto de la dex-extinción:

“Quien pretenda proteger la poesía ignora que la poesía es la que nos protege. Quien la considere innecesaria ignora que es imprescindible. La memoria fértil que siembra en los descampados, que sostiene las vigas del cielo”.

En este libro vamos a encontrar haikus, poemas aforísticos, históricos, autobiográficos… donde vamos a poder disfrutar con esa lírica inspirada en la naturaleza y la intimidad del poeta, como estos versos del poema “Tierra de nadie”:

“[…] somos yeguas de acantilado / relinchando pigmentos de crepúsculo en las nubes, / somos oscuridad que fermenta rocío, / somos el protesto de los muertos […]”.

No hay que perderse el poema “La línea del horizonte”, que hace referencia al título del poemario.  Es toda un manifiesto vital para no perder de vista lo que de verdad importa, y no somos ya capaces de ver:

“[…]Nos están robando la línea del horizonte. / La codicia, la impaciencia depredadora, / nos sobrevuela como rapiña. / Te levantas y no la ves, / la línea del horizonte, / no ves el sendero en el sagrado mar, / lo que une lo visible y lo invisible, lo posible y lo imposible […]”. 

Lo que queda fuera, a pesar de su brevedad, deja su huella a fuerza de ofrecer una inmensa profundidad que nos deslumbra. Sin duda, es la luz de la Boca de la Literatura.

Pedro Robledo

www.peleandoalacontra.com