‘Live is Life’ nos devuelve a la nostalgia de lo que fue la niñez
La película, que llegará a los cines el próximo 3 de junio, es un homenaje a los 80, a su tierra, a sus amigos pero, sobre todo, a su madre. “Falleció cuando me llegó el guion, se puso enferma de cáncer. Antes de morir me pidió hacer esta película porque nunca había hecho nada así”.
BettyGS
Dani de la Torre dirige una historia escrita por Albert Espinosa. Una historia ambientada en esa década y nutrida de referentes del cine de esos años, los referentes con los que ha crecido su director, Dani de la Torre.
La historia de ‘Live is life’, un canto a la amistad, habla sobre ese adulto que se resiste a dejar de ser niño. Todo ello narrado con una dosis de aventuras, un toque que quiso añadir de la Torre al escritor.
La cinta supone el debut de los cinco chicos protagonistas en la gran pantalla. Adrián Baena, da vida a Rodri. Juan del Pozo y Raúl del Pozo son los hermanos Álvaro y Maza. David Rodríguez es Suso y Javi Casellas interpreta a Garriga.
Esta producción, rodada el año pasado, en plena pandemia, se ha rodado en su gran mayoría en localizaciones únicas y especiales de Galicia centrándose especialmente en La Ribeira Sacra además de contar con parte en Barcelona. De la Torre, natural de Monforte de Lemos, consideraba que llevar la historia a su tierra era crucial para él
Como era de esperar, la canción que da título a la película ha estado presente desde el principio «y expresa muy bien el espíritu de la cinta», decía De la Torre.
Tanto De la Torre como Espinosa han apelado al salto a la infancia y la adolescencia que significará para el público una película como Live is life: «Cuando recibí el guion (…) volví a ver al niño que fui, volví a sentir el sol de una tarde de los ochenta, pedaleando en la bici con mis amigos, volví a recordar esas tardes interminables de aventuras, donde lo único que importaba era exprimir cada segundo antes de volver a casa»
Sinopsis
Es el verano de 1985. Rodri regresa al pueblo gallego de sus padres para reencontrarse con su pandilla. Pero este año es distinto para él y sus amigos. Los problemas del mundo real empiezan a aparecer en sus vidas amenazando con separarles. Los cinco amigos planean escaparse la noche de San Juan en busca de una flor mágica que, según cuenta la leyenda, crece en lo alto de una montaña y puede hacer que los deseos se hagan realidad. Porque su único deseo ahora es resolver el problema de su amigo en apuros y con ello poder seguir juntos. Lo que no saben es que dicho viaje les dejará un recuerdo para siempre.