La recomendación de La Mirada: Ofrenda a la tormenta
Crítica de cine por Ignacio Vidal
La inspectora Amaia Salazar, brillantemente encarnada por la actriz Marta Etura, vuelve a primera línea para luchar contra el mal externo (y sus propios demonios internos también). Tras “El Guardián Invisible y el “Legado en los Huesos”, el director Fernando González Molina sella la trilogía del Baztán de una forma brillante. “Ofrenda a la tormenta” mantiene su cautivadora ambientación y su fascinante tono, merced al diseño de producción de Antón Laguna. Gracias a ello, así como a su trama y a la magnífica encarnación de Marta Etura, esta saga no pasará al olvido, es más, echamos de menos más trhillers de este tipo en el cine español. Se da la curiosidad, además, que esta tercera parte y la segunda se rodaron casi simultáneamente, una técnica muy empleada en EEUU, véase “El Señor de los Anillos”.
La saga se ha ido volviendo más oscura y dramática con cada entrega y así es su conclusión. Esta tercera parte está más centrada en cerrar las intrigas de cada uno de los personajes y en dar una visión más de conjunto a todo lo visto hasta ahora.
Por supuesto, la película gira en torno a una misteriosa investigación policial que resolver, pero más allá de eso se ha
tornado en una búsqueda desesperada, tanto de la madre desaparecida (uno de los personajes más inquietantes de la saga) como de muchas verdades individuales y colectivas. Como las dos anteriores, esta tercera entrega es una película larga (que no tediosa) donde los parajes de Navarra lucen menos, pero siguen siendo el marco de la historia.
Una cuestión sí que ha quedado en el aire, ya que las demás se van encajando cual rompecabezas: ¿qué ha sido del agente Aloisius Dupre?; ¿y de la tía Engrasi?
La cercanía de todos los personajes han sido una de las claves de las tres películas, gracias en gran parte al acierto en el casting de los actores que participan en la saga y con el trasfondo misterioso que añaden los “seres sobrenaturales”, como el Benejaun o el propio Inguma que aparece en esta última parte.
Una película muy recomendable con un sello muy propio (por la ambientación y esa música tribal que envuelven al espectador) y notablemente dirigida y producida. “La mirada” se la recomienda fervientemente, sobre todo a los amantes del trhiller y el misterio.