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La IA en el mundo jurídico

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No cabe duda de que los 20 últimos años de la humanidad se han caracterizado por un drástico cambio y avance en las nuevas tecnologías. Trasformando desde nuestra forma de comunicarnos hasta la forma de hacer la compra en casa. Miles de hogares hablan con Alexa para saber el tiempo y Siri nos puede programar hasta una llamada.

Esta realidad ya es tan palpable que en el ámbito político se ha utilizado por primera vez en España en las recientes elecciones catalanas, existiendo a la fecha, a su vez, numerosas aplicaciones, con un buen resultado, en el ámbito jurídico.

La irrupción en el mundo legal de modelos del lenguaje como el GPT-3 y GPT-4, suponen un avance y simplificación de los modelos hasta ahora usados para la búsqueda, investigación y redacción de escritos jurídicos, jurisprudencia, etc.

La realidad jurídica española, con la ingente cantidad de normas que nos afectan multiplicada por 17 autonomías con competencia legislativa hace que cada vez se vuelva más complejo conocer y estar actualizado de las últimas novedades jurídicas.

Ante este panorama de exceso de legislación, una de las tareas más complejas y que más tiempo requiere en los despachos de abogados es la búsqueda de normativa y jurisprudencia aplicable al caso. Los programas desarrollados con estas tecnologías han conseguido algo hasta ahora imposible. Han logrado que el análisis de toda esta normativa (incluso por región) y su jurisprudencia, se produzca en escasos minutos, apuntando en un tiempo récord lo más relevante de una acción y/o consulta, e incluso, la tendencia jurisprudencial para argumentar un asunto. El despacho que no se adapte a esto tendrá una desventaja competitiva muy significante.

También mejorará la eficiencia a la hora de redactar contratos, interrogar testigos, e incluso transcribir las vistas simultáneamente, elaboración de resúmenes, la captación de nuevos clientes, etc.

Lo cierto, es que este avance tecnológico en el campo legal, así como en diversos sectores, supondrá un cambio radical en el modelo de negocio y de generación del mismo, siendo que requerirá una necesaria adaptación de las personas a estas herramientas y a su correcto uso para obtener de éstas el mayor partido.

No obstante, jamás, una máquina, por muy perfecta que sea, podrá dar la pincelada de un humano, donde la oratoria, la expresión corporal, la inteligencia, la argumentación y la empatía, serán necesarios para poder conectar con los clientes, entenderles y asesorarles, así como convencer en sala a Tribunales, jurados y adversos.  No obstante negar su avance y no adaptarnos a ella también supondrá un error de cálculo.

No cabe duda de que nos esperan años de excesiva tecnología aplicada a los negocios y a la vida cotidiana donde la gran capacidad de adaptación del ser humano jugará un papel trascendental, así como la de los legisladores en saber aprovechar estas poderosas herramientas sin disrumpir en los modelos sociales.

Marcela Reigia Vales.

@rv_marce

Abogado.