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Indultos indecentes

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Bienvenidos a la España socialista. Perdón, a la España del infame socialismo de Pedro Sánchez. Simpatizantes de terroristas, compañeros de independentistas, socios de los que quieren destruir nuestro país. Un gobierno que pasará a la historia como el peor de nuestra democracia por méritos propios.
Por Charlie Rodrigo
Charlie Rodrigo

Su indecente intención de liberar a los políticos presos que jugaron con la unidad de España, con la concordia en Cataluña, es la gota que colma el vaso. Negociar con la dignidad, burlarse de la justicia, para justificar seguir sentado en el trono de la Moncloa.

El contexto es fundamental: más de 40 años adoctrinando en las escuelas catalanas, aleccionando en sus medios de comunicación públicos una realidad ficticia de verdugos y víctimas, inyectando independentismo en vena para crear generaciones de odio e intolerancia.  Consiguiendo reventar la convivencia entre catalanes y resto de españoles. Consecuencia inevitable, oleadas de políticos “indepes” con tendencia a la corrupción, malversación y a la desviación y dilapidación de fondos públicos en favor de su ficticia cruzada, que hacen del odio a España su único punto del programa electoral.

Gobernantes vampíricos que desangran al Estado con el objetivo de la disgregación y de poner en valor todo lo que nos separa, en lugar de tender la mano a todo lo que nos une, que es mucho y más. Y el último mordisco: un referéndum ilegal y unilateral de independencia.

Aquel 1-O para olvidar, con urnas al más puro estilo bolivariano, con una Policía Nacional intentando mantener el orden público bajo insultos, amenazas y agresiones, mientras les hacinaban en barcos atracados en puerto como si de apestados se tratasen, culminó con un desafío que a día de hoy sigue muy latente. La hoja de ruta intervenida a ERC por la Guardia Civil en octubre de 2020 deja claro que su idea es debilitar al gobierno en la mesa de diálogo para reactivar la vía unilateral. El arrepentimiento es nulo.

Y con esta coyuntura, el presidente de España pretende liberar, contra criterio de la Fiscalía y del Tribunal Supremo, contra la opinión de la mayoría de la sociedad española y burlándose del artículo 2 de la Constitución, a una cuadrilla de secesionistas que, si ya de por sí cumplen penas muy por debajo de lo que se solicitaba, en algunos casos, les ahorraría más de las tres cuartas partes de su débil condena. Inadmisible.

Recordemos que cuando se hizo oficial la sentencia, el presidente Sánchez «garantizaba tanto a la ciudadanía catalana como al conjunto de la ciudadanía española que esa sentencia se iba a cumplir en su totalidad» y proclamó que «nadie está por encima de la ley». Muchos miembros de su propio gabinete también defendían que las penas impuestas debían cumplirse íntegramente. Pero claro, por enésima vez, incumplen lo que prometen. Porque vivimos en el gobierno del fraude permanente. No les importa, los mentirosos compulsivos tienen eso, que se creen sus propias mentiras.

Y claro, aquí volvemos a la guardia y custodia del trono. Los centenares de miles de votos perdidos por los socialistas en noviembre de 2019, les empujaron más si cabe al abismo de pactar con independentistas. Lo raro es lo cómodos que se ven Sánchez y sus ministros… ¿tal vez gente sin escrúpulos y con ninguna intención de llevar a España a buen puerto? Yo diría que sí. No se puede confiar en un gobierno cuyo país que gobiernan no aman, no respetan y poco les importa si se arruina, desquebraja, divide o, incluso, desaparece. Bueno, de esto último no estoy tan seguro, ya que entonces no sabrían muy bien cómo seguir engañando al pueblo con el objetivo de mantenerse viviendo en la abundancia. Su filosofía durante 140 años.

A pesar de todo esto, debemos mantener la esperanza. En Cataluña y en el resto de España. Hemos sobrevivido y nos hemos reforzado como nación en numerosas ocasiones. No abandonaremos a nuestros compatriotas catalanes que sufren la humillación diaria y la privación de su derecho de libertad de expresión por parte de la caverna independentista. No dejaremos que arruinen y destruyan una Cataluña que ha sido siempre un motor económico, social y cultural de nuestro país. No estáis solos queridos amigos.

En definitiva: “Indultar para aliviar el conflicto” nos proclaman. Más bien, unirse al equipo de los delincuentes y pisotear a los jueces, a nuestro Estado de derecho y a la justicia. En mi nombre, NO.

#IndultosNoJusticiaSi