Cultura y entretenimiento

“Independencia”, la novela de Javier Cercas que atacan los independentistas

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La última novela de Javier Cercas, “Independencia” es la secuela de “Terra Alta” con la que ganó el Planeta, El libro supone el regreso de Melchor Marín, el mosso protagonista de aquel título, su primera novela policial.

Si todo va según sus planes, esta es la segunda entrega de una tetralogía. Si el escritor no se cansaba de insistir sobre “Terra Alta” que aquello no iba, de ninguna manera, del procés, aquí lo tiene más difícil.

Por el título, sí, pero también porque, en la búsqueda de justicia de Marín, se cruzan aquí algunos personajes conocedores del movimiento político por la independencia catalana, que no dudan en abordar el tema. “No he escrito para expresar mis opiniones sobre este asunto o cualquier otro. La verdad de esta novela es más plural, más ambigua. Pero también porque lo que yo he dicho en esta novela no podría decirlo en ningún artículo. ¿Qué dice esta novela? Los matamos a todos”, concede.

El novelista, autor de Anatomía de un instante, El impostor o Soldados de Salamina, no tiene empacho en admitir que esta nueva etapa de escritura, alejado de la Guerra Civil y la tensión entre ficción y verdad histórica, invención y memoria, viene en parte de su “shock” ante la experiencia del procés, con el que ha sido y es muy crítico. “Para los escritores, lo malo es mejor que lo bueno, somos bestias carroñeras. De este shock sale una cosa nueva. Esto no va del procés, pero el carburante es el procés”, cuenta. En “Terra Alta” presentaba a Melchor Marín, un agente de la policía autonómica, héroe de los atentados de Cambrills.

Para el futuro, Javier Cercas imagina reunir las cuatro novelas de Melchor Marín en un solo volumen, bien grueso, como Los miserables. Este segundo título empezó a escribirlo apenas terminó el primero, y ya tiene muy avanzado el tercero, gracias al encierro motivado por la pandemia.

“Borges dice que todas las novelas son novelas policiales, y en mi caso es una evidencia”, admite. “Yo he explicado cómo mis novelas y las novelas que yo más quiero funcionan así: un enigma y alguien que tiene que resolverlo”. Pero aquí hay literalmente un policía. “Sí”, explica, “y tiene casos que resolver, pero yo descubrí que Melchor iba a ser un policía ya casi en la segunda redacción”. Y no lo será para siempre, aclara. La ilusión de Marín en este segundo tomo es sacarse las oposiciones a bibliotecario y abandonar el cuerpo. Mientras, trasladado a Barcelona, tendrá que enfrentarse a un caso de extorsión: la alcaldesa de la ciudad está siendo chantajeada con la amenaza de que se haga público un vídeo sexual en el que aparece. Los delincuentes piden 300.000 euros.

Pero la cosa es más compleja de lo que parece, y los agentes sospechan que detrás de los anónimos que recibe la política pueda haber más que unos tipejos en busca de dinero

Desde que ganó el Planeta — insiste en que no escribió Terra Alta para el Planeta, como se ha podido creer—, Cercas le da vueltas a la cuestión de la popularidad. Y no es que antes le faltara: al fin y al cabo, Soldados de Salamina es un libro muy leído y que cuenta con una exitosa adaptación cinematográfica.

En la novela, la figura de Ricky Ramírez, por ejemplo, es un personaje que sirve de contraparte de Melchor Marín y que para Cercas “busca la independencia de manera equivocada”. “Su

padre [del que hereda la carrera política] le dice ‘Arrímate a los buenos’, que es lo que le dice la madre al Lazarillo cuando se va de casa. Lo que quiere decir el padre es: acércate a los poderosos. Y la élite qué hace con él: usarle para sus propósitos perversísimos y luego tirarle como papel higiénico. Esto es lo que han hecho con Cataluña”.

El novelista insiste en que no pretende hacer “una crónica”. “Pero este libro es un retrato de lo que es la élite catalana y barcelonesa en particular, que no es muy distinta de otras élites del mundo. Que lleva ahí un siglo y que, como dice el padre de Ricky, ahí seguirá cuando nos hayamos muerto, a no ser que pongamos remedio”.