Golf: Jon Rahm, el vasco que rompió lo que la historia “prohibía” a los extranjeros
Hacía décadas que ningún golfista que no fuera norteamericano ganaba el US Open. Incluso era el torneo con el que siempre soñó Seve Ballesteros y nunca consiguió. Por eso fue la primera dedicatoria del joven de Barrika, pueblo vasco que pasará a la historia, como ya lo hizo Pedreña.
LMN
«Esto es por Seve, sé que él quería ganar este torneo». Las primeras palabras de Jon Rahm fueron para recordar a su ídolo, a aquel marciano cántabro que colocó a España en un deporte ajeno al interés de nuestro país.
Los que le conocen de cerca aseguran que su corazón es mucho más grande aún que el talento que encierra en ese cuerpo de casi dos metros.
Ganar al campo de San Diego en el torneo más difícil
El domingo 20, Jon cumplía exactamente cinco años en la categoría. La dimensión de este triunfo se agiganta porque vino precedido de otro fabuloso putt para birdie en el hoyo 17 y de una tarjeta final de 67 golpes, que plasmó el nivel de juego exhibido.
Mientras se producía el desenlace, cogió a su hijo Kepa en brazos como si estuviese entrenando para levantar la copa que hizo minutos después y se paseó entre un pasillo humano que saludaba al campeón, aunque todavía no lo fuese.
Era el día del padre en Estados Unidos y ahí estaban tres generaciones de Rahm -su padre Edorta está con él desde hace tres semanas- para asistir un momento histórico en sus vidas.
Lo que logró DeChambeau entre el sábado y el domingo, jugar 28 hoyos sin bogeys, forma parte de los grandes episodios de la historia de esta edición. Rahm lo pagó a la primera. Se fue al bunker en el hoyo 4 y terminó sellando un bogey porque la bola giró hacia fuera en la última vuelta.
A falta de los hoyos finales, el US Open ya era una batalla entre Oosthuizen y Jon, separados por un golpe. El de Barrika tiró grandes putts que rebañaron los agujeros del 13, el 14 y tocó la pared del 15. En el 17, cuesta abajo, en un putt rapidísimo entró por todo el centro y alcanzó por primera vez el liderato del torneo. Justo a tiempo.
La maravilla del hoyo18 dejó a Oosthuizen solo contra el campo. Cuatro hoyos por detrás, necesitaba un birdie. Y no fallar. La adrenalina le salía a chorros al sudafricano. La tiró al barranco del hoyo 17 y a pesar de un gran golpe de recuperación falló el putt.
Cuando el primer golpe del hoyo 18 no pasó del rough, Jon fue a prepararse para ya estaba cantado. Oosthuizen intentó un eagle desde la calle, pero ni se asomó. Jon se elevó a los altares.
Pocos torneos se han visto tan igualados en los últimos nueve hoyos. Jon Rahm venció al campo y a todos sus rivales y se ha conseguido un lugar destacado en la historia del deporte español.