Economía y empresas

Europa no quiere la competencia de los coches eléctricos chinos y les impone aranceles

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La Comisión Europea ha comunicado a los fabricantes chinos que venden coches eléctricos en la UE que sus vehículos pagarán aranceles de importación.

Aranceles sí, aranceles no, proteccionismo sí, proteccionismo no… Desde que el presidente Joe Biden decidiera aplicar en Estados Unidos a finales del 2022 una serie de medidas antiinflacionistas que incluían aranceles del 25% a los vehículos eléctricos no fabricados en Norteamérica (Canadá, EE.UU. y Méjico), el debate en el seno de la Unión Europea sobre la conveniencia o no de seguir ese mismo camino o uno similar fue subiendo de intensidad. 

En un primer momento no solo afectaba a los productos fabricados en China, que la Administración americana quería frenar, sino también, por ejemplo, a los vehículos de fabricantes europeos no ensamblados en algunos de esos tres países, lo que restaba competitividad a los coches eléctricos procedentes del viejo continente al otro lado del Atlántico, donde el mercado potencial es atrayente.

Sin embargo, de la crítica europea al proteccionismo de Biden se fue evolucionando durante el pasado año a ciertos movimientos en Bruselas que permitieron que la UE, aparentemente contraria a la idea, podría estar preparando alguna medida de apoyo a la industria del automóvil europea, a base de poner trabas a la llegada a nuestro continente de vehículos fabricados en China, ante la sospecha de que algunas marcas del gigante asiático disfrutaban de ayudas o subvenciones del Estado chino que les permitían vender sus coches e España, Francia, Alemamia, Italia y el resto de países comunitarios a precios más bajos, lo que supondría un ataque a la libre competencia y podría minar la viabilidad comercial y financiera de las marcas tradicionales, sometidas a una serie de reglas del juego muy estrictas.

Ahora, la UE ha empezado a dar forma a esas medidas que muchos demandaban, y que la Comisión Europea fundamenta en los resultados de su investigación sobre las presuntas subvenciones de Pekín a su industria nacional, y que varían de unas empresas a otras. La Dirección General de Comercio del organismo europeo ha anunciado aranceles diferentes en función de la marca, y con aplicación a partir del mes de julio.

En ese sentido, la carta de la Comisión Europea explica que el producto objeto de los nuevos derechos compensatorios provisionales, o aranceles, son los vehículos eléctricos de batería y nuevos, y de hasta nueve plazas, conductor incluido; excluyéndose de la medida los vehículos de las categorías L6 y L7 (cuadriciclos), y las motocicletas, independientemente del número de ruedas, propulsadas únicamente por uno o varios motores eléctricos, incluso si están dotadas de un motor de combustión que actúa o prolongador de la autonomía.

Quizás lo más llamativo de la medida tomada por los responsables europeos es que dichos aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos de pasajeros dependerán del fabricante, oscilando entre el 17,4%, como mínimo, y el 38,1%, como máximo. 

Así, por ejemplo, el arancel provisional impuesto desde julio a los coches de BYD será del 17,4%, y el aplicado a fabricantes como Asia Euro Automobile (Taizhou), Chongqing Lifan, Fengsheng Automobile (Jiangsu), Shanxi New Energy Automobile, Zhejiang Geely Automobile y Zhejiang Haoqinq Automobile será del 20,0%. En el polo opuesto, con un arancel del 38,1%, encontramos a SAIC Maxus, MG, Nanjing Automobile, SAIC Volkswagen Automotive, SAIC GM Wuling y SAIC General Motors.

En cuanto al resto de fabricantes chinos que producen vehículos eléctricos de pasajeros con hasta nueve plazas, el arancel aplicado por la Unión Europea a las importaciones será también del 38,1%, excepción hecha de una serie de compañías que sí decidieron cooperar con la investigación, y a las que se aplicará desde julio un arancel del 21,0%: Aiways Automobile, Anhui Jianghuai Automobile, BMW Brilliance Automotive, Chery Automobile, China FAW, Chongqing Changan Automobile, DongFeng Motor Group, Great Wall Motor. Leapmotor Automobile, Nanjing Golden Dragon Bus, NIO, Tesla (fábrica de Shanghai) y XPeng.

Qué pasará en España

Hay otros muchos coches eléctricos de marca europea que se comercializan en España y proceden de factorías del país asíatico: BMW iX3, Lotus Eletre, Mini Aceman, Polestar 2, Smart #1 y #3, Volvo EX30… Sobre todos ellos, toca esperar para confirmar si estarán afectados o no por los aranceles.

Al respecto, desde la patronal de los fabricantes de automóviles en España, Anfac, dicen «que el libre comercio y justo es esencial para crear una industria automovilística europea competitiva a nivel global, al mismo tiempo que creemos que una competencia en igualdad de condiciones impulsa la innovación y las opciones paa los consumidores». 

En palabras de su director general, José López-Tafall, «Anfac defiende tradicionalmente la libre competencia en el mercado, proceda de donde proceda una mercancía, siempre que todas las transacciones se realicen respetando la legislación vigente en el comercio internacional y que se haya producido en condiciones de igualdad. Si hay alguien que incumple, debe ser penalizado por ello».

López-Tafall recuerda que «el automóvil aporta anualmente más de 18.000 millones de euros de saldo comercial positivo a la economía española, y nuestro futuro pasa por la pervivencia de un mercado global y abierto en el que desarrollar la competitividad de nuestra industria. Del mismo modo, defendemos que la Unión Europea, y especialmente España, desarrolle una política industrial fuerte que incentive la producción y fabricación de vehículos eléctricos en nuestro país, y atraiga nuevas inversiones, todo ello de modo compatible con el libre comercio y la normativa de defensa de la competencia».

En cualquier caso, desde Anfac recuerdan que la investigación de la Comisión Europea continuará durante varios meses hasta que decida si propone medidas antisubvenciones definitivas, pues la aplicación de los aranceles anunciados será temporal. Y, en todo caso, los Estados miembros de la UE deberán votar sobre esa propuesta de la Comisión.

España y Francia se han mostrado a favor de la nueva medida, mientras que Alemania, con importantes intereses comerciales en China, lidera el grupo de los países contrarios a los nuevos aranceles por temer el inicio de una guerra comercial con el gigante asiático de imprevisibles consecuencias, una tesis a la que parecen sumarse también Chequia y Eslovaquia, e incluso Italia. Por su parte, muchos expertos dan por seguras las represalias de Pekín contra los intereses económicos europeos en su país, que podrían centrarse en el sector del automóvil pero extenderse también a otros productos.