Opinión

El VAR ya no “mola”, no es objetivo

Compartir
Lo que parecía que iba a ser una ayuda perfecta para el arbitraje se ha convertido en el instrumento de mayor disputa en nuestro día a día en bares, oficinas o reuniones de grupo al margen de los “futboleros”.

C. Pérez

Hoy se ha escrito tanto de este instrumento que llegó para sentenciar lo dudoso, como los desmanes que se han producido durante la noche del sábado con el fin del Toque de Queda. Dos acontecimientos que no tienen nada que ver, pero que han desatado todas las discusiones en las tertulias.

Y es que el VAR, que, como decimos, llegó para enmendar el fallo humano, está en decisones de humanos. Uno, el árbitro del partido y otro, el árbitro que analiza las jugadas dudosas y da su opinión. Una opinión, en todas las ocasiones, subjetiva.

Todo ha venido este lunes por las decisiones que tomó el árbitro del VAR con dos acciones protagonizadas por jugadores del Real Madrid. Un fuera de juego que fue sancionado por un par de centímetros señalado por una línea trazada no se sabe muy bien desde donde, y con una sóla toma, y, la más grave, una mano que significaba un penalti y, según los analistas de los diferentes medios, no debe ser castigada y que acciones iguales nunca han sido sancionadas.

Decimos todos los tertulianos, pero no es verdad. Este tipo de casos pone a cada uno en su sitio y nos dice qué colores defiende. Como este caso ha adquirido una mayor trascendencia que otros es que puede ser determinante en la Liga. Ya sólo quedan nueve puntos en juego y la diferencia entre los tres primeros es de dos puntos. La victoria del Real Madrid el domingo podía haber sido definitiva. O tal vez no.

Para los medios de comunicación catalanes el penalti está justamente pitado. Para los informadores en medios de comunicación que alcanzan a toda España, los que sienten los colores del Atlético de Madrid también salen de la cueva y están de acuerdo con el fallo y los que los sienten blancos elevan la voz y gritan que “¡ha sido un robo!”.

Pero la realidad es que cuando el VAR no favorece a unos ponen el grito en el cielo y al contrario. Y surgen ideas “conspiranoicas”, como que los que mandan en el fútbol español han decidido castigar al equipo blanco por pretender hacer una Liga Europa, independientemente de la Champions.

Como conclusión, lo que venía a arreglar los fallos de arbitraje ha llegado a ser el mayor objeto de discordia. Ya nadie lo quiere.