Deporte y vida sana

El Real Madrid de baloncesto, Campeón de la Euroliga, consigue un milagro en el que pocos creían

Llull, el capitán, y el Chacho, con Tavares de MVP, hacen posible lo que parecía imposible, descabalgar a un Olympiacos que ya tocaba la copa cuando iba seis arriba a menos de dos minutos.
LMN

Un canastón de Llull desde cinco metros y cayéndose y con el gigante de 2,18 Moustapha Fall rozando casi la bola, todo a falta de 3 segundos, devuelve el trofeo más preciado del Viejo Continente a las vitrinas del Real Madrid. El Rey. La fe mueve montañas y los Sergios también.

Ellos obraron ese último milagro, aunque la victoria resultara tan apoteósica como de equipo.  A ocho minutos del final, cuando Vezenkov cargaba con todo porque quería la gloria como fuera, la desventaja era de ocho (69-61). Qué dos triples de Causeur entonces. Y a menos de dos aún era de seis: 78-72. Canasta y triple del Chacho y la bola decisiva, la que hervía a cien grados, para Llull, cero puntos hasta ese instante crítico, pero siempre héroe el capitán: 78-79 tras descerrajar el tiro de su vida.

El Real Madrid es pasado y futuro. El presente vuela, siempre está de paso, se olvida rápido pero este pasará a formar parte de la leyenda del club, de un mito inacabable:  el Madrid es el indiscutible rey del balón naranja, tres trofeos más que el CSKA, cinco más que el Panathinaikos y el Maccabi… ocho por encima de su rival esta noche, el Olympiacos. Ahí está siempre, llueva, truene o haga sol. Ahí está de nuevo tras una travesía por el desierto que se alargó durante 35 años.

Llegó a perder por 12 puntos, cuando un triple del Chacho, a falta de 46 segundos, y otra canasta en elevación de Sergio Llull, a falta de 3″, decidió la Copa de Europa. La conexión de los Sergios. La vieja guardia. A los veteranos del Madrid no les tembló el pulso en los momentos calientes. 

Ha sido un éxito heroico, pero no por ello menos merecido. El mérito, precisamente, viene de ahí. De no rendirse jamás. El Madrid sacó su casta, el orgullo, en los momentos más complicados de esta recta final de Euroliga.

Hasta el final nos lo creemos. Tienen tanta fe en sacar adelante esto que hasta los tres últimos segundos luchan por ello. Cuando pasa tantas veces no es casualidad. Me alegro por los aficionados y por Chus Mateo, que ha pasado un año difícil. Se ha sido injusto con él y es un gran entrenador”.

Florentino Pérez, Presidente del Real Madrid