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Del parque Picasso a la Senda Verde de la N-I

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En marzo de 1982 se inauguraba el Parque Picasso de Alcobendas. El concejal de Parques y Jardines era Esteban Egea (PSOE), el de la Comisión de urbanismo Paco Ruano (PCE) y el edil de medio ambiente Artemio Fernández (PCE).
Eduardo Andradas

En 1979 Alcobendas contaba con 3,800 metros cuadrados de zonas verdes urbanas. En 1981 paso a 46.200 y en 1982 a 176,750. Ese impulso por adecentar  un ecosistema  de parques fue el mayor en la historia de nuestra localidad. Donde existía un descampado desaliñado se edificó un parque como el de Cataluña, el de Picasso o el de Antonio Machado. Donde había un pinar, él se mantuvo dentro del Colegio 6 de Diciembre y sirvió de patio de recreo a miles de niños y niñas durante décadas. Hasta que Filomena lo arraso recientemente.

Ese respeto por los árboles se fue perdiendo desde la institución, con el paso de los años.

Nuestra  labor en esta legislatura con los 3200 votos que nos dio la ciudadanía, es recoger aquel espíritu de acción de 1979 y que Alcobendas se suba de nuevo a una ola verde del arbolado y el matorral. La senda verde que ya transita la Nacional I hasta las puertas de la Avenida de la Transición o el talud ecológico de la Calle Ramón y Cajal (Propuestas de Podemos),  solo deben ser el principio de un municipio más  activo contra el cambio climático.

Esta población va a padecer un error, que es la construcción de los “Carriles”  (Otros lo llaman Valgrande) y que pone en peligro junto a la operación Chamartín al penúltimo espacio naturalizado que disponemos, el otro es el del Goloso pendiente de devolución por parte del ministerio de defensa.

Valdelatas se convertirá en un parque y perderá su esencia de  bosque forestal. La siguiente legislatura política 2023-27 se la juega. Es la fecha que estima que el proyecto se levantara en el  periodo final de la misma. A la espera de una determinación de la  Unión Europea u otro organismo supramunicipal, solo queda subsanarlo desde dentro del equipo de gobierno y haciendo uso de ese casi cuarto de terrenos que posee el ayuntamiento, para evitar que nos fracturen ese espacio naturalizado. El estímulo verde a la ciudad no solo se puede quedar en lo conseguido en un lugar concreto o en una moción en un pleno,  debe traspasarse  a las consciencias de los que habitan esta ciudad o regresaremos al antes de 1979 y al “urbanismo predador”.

Eduardo Andradas, Portavoz de Podemos en el Ayuntamiento de Alcobendas