Consejos para ir a la playa con tu perro para que disfrute de forma segura
Ir a la playa es una de las formas más comunes de combatir el calor. Según la Ley de Costas, las comunidades autónomas deciden sobre el acceso de perros a las playas, con Andalucía y la Comunidad Valenciana liderando en número de playas permitidas para ellos.
LMN
No obstante, a la hora de ir a darnos un chapuzón con nuestros compañeros, debemos seguir una serie de recomendaciones para velar por seguridad y bienestar. La Real Sociedad Canina de España (RSCE), repasa algunos de los más importantes.
La arena: precaución
La arena ofrece gran variedad de nuevos olores y sensaciones que contribuyen a mejorar la condición física del perro y evitar el sobrepeso, socializar con otros perros y el entorno y reducir el estrés. No obstante, la temperatura de la arena a veces puede quemar las patitas del perro, por lo que es importante controlarla para evitar heridas en sus almohadillas. Una solución es ponerle unos protectores de calor o que esté siempre debajo de la sombrilla. Además, también hay que tener cuidado con la ingestión de arena, ya que puede provocar alteraciones en el sistema gastrointestinal e, incluso, obstrucciones.
Protegerse del sol
Al contrario que los humanos, los perros tienen una síntesis cutánea de vitamina D muy baja, por ello, los perros consiguen la vitamina D que necesitan a través de su alimentación. Aunque el sol puede ser beneficioso para el perro, ya que puede actuar como regulador de la temperatura corporal, ayudar a aliviar dolores en las articulaciones y a mejorar su humor, la RSCE recomienda el uso de protectores solares y fotosensibles, especialmente en hocico y orejas, para evitar que el perro no sufra lesiones en la piel y así reducir el riesgo de cáncer. Además, también desaconseja afeitarlos, ya que su pelo cumple una función aislante tanto del frío en invierno como del calor en verano.
¿Cómo les sienta el agua del mar?
El agua salada puede ser un buen aliado para el perro, ya que tiene propiedades antibacterianas y antimicrobianas, además de aliviar picores y los síntomas producidos por las afecciones en la piel como la sarna. Además, la natación y el caminar en el agua son beneficiosos para las articulaciones del perro y su sistema cardiovascular, al ser un ejercicio de bajo impacto. No obstante, al estar salada, es peligrosa para el organismo si el perro la ingiere, pudiendo llegar a provocar hipernatremia o una intoxicación gastrointestinal. Por este motivo debemos siempre llevar agua fresca y potable y así evitar que nuestro peludo beba del mar cuando tenga sed.
Cuidado con las piscinas
Cuando vamos a la playa, en muchas ocasiones también tenemos la oportunidad de bañarnos en una piscina (ya sea en una casa vacacional o en un hotel) pero… ¿es recomendable que nuestros perros también se bañen? Tomando las medidas adecuadas, un baño es inofensivo en un caluroso día de verano y reduce la temperatura corporal del perro, minimizando los riesgos de un golpe de calor. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las piscinas usan productos químicos para tratar el agua, por lo que si el perro bebe el agua puede intoxicarse y provocar diarreas, vómitos o problemas oculares. Además, si el perro hace pis en la piscina, su mezcla con el cloro genera una composición química cuyo olor es nocivo para los perros.
Atención a las corrientes y al oleaje
Las olas y las corrientes pueden ser divertidas para niños, adultos y perros pero no todos las razas tienen las mismas capacidades para nadar. Por este motivo, es importante elegir una zona donde no haya mucha profundidad y no haya corrientes para evitar que el perro no se aleje demasiado de la orilla, aunque siempre se ha de estar pendiente y supervisar para una mayor seguridad. En este sentido, prestar atención a las banderas de peligro será un indicador para comprobar si es seguro meterse en el agua.
Un buen baño para limpiar la sal
Al igual que hacemos las personas, es de suma importancia un lavado con agua dulce para retirar los principales restos de suciedad y sal del pelaje y piel de nuestro perro, evitando que éste ingiera los restos y se intoxique al lamerse. Además, tras ducharse, hay que secarlo muy bien para evitar la aparición de hongos en la piel o en las orejas (especialmente en los casos de perros de orejas grandes y caídas como los Cocker Spaniel, Basset Hound, Labrador o Golden Retriever.
Deja que tu perro se bañe… sólo si quiere
Recuerda que si el perro no se quiere bañar, no hay que obligarlo, ya que puede desencadenar problemas de estrés o ansiedad. Además, no todas las razas tienen las mismas capacidades para nadar: las razas de perros cuya estructura ósea es más alta que larga, no son tan expertos en el agua, como es el caso de los galgos. Los Teckel y los Basset Hound tampoco son buenos nadadores, ya que al tener las patas cortas y los cuerpos largos, nadar les supone un gran esfuerzo.