Cambiar para mejorar
La mejora del Sistema Educativo es nuestro reto más importante como sociedad y como país. Cualquier reforma que aspire a lograr el éxito, debe contar con la implicación de la Comunidad Educativa y especialmente de los padres, primeros y principales responsables de la educación de sus hijos.
Es nuestro derecho y deber proporcionarles el entorno educativo que consideremos más adecuado para ellos.
Pensamos que un Sistema Educativo de calidad, además de ofrecer a los alumnos y a las alumnas el acceso al conocimiento, debe fundamentarse en la atención a cada alumno, la educación en valores, el esfuerzo y la evaluación, entendida como valoración enfocada a la mejora; en definitiva, un modelo que tenga como objetivo la formación integral de la persona.
Queremos que la aportación de las familias no sea testimonial, sino una colaboración eficaz con los profesores y el colegio. Por ese motivo es tan importante la libertad de elección de centro, porque propicia una mayor implicación de las familias, según reconocen los informes de la OCDE.
Hay que favorecer medidas que conduzcan a la dignificación y al prestigio del profesor. Necesitamos que quienes nos ayudan a educar a nuestros hijos sean personas comprometidas con su profesión.
Es imprescindible una auténtica personalización de la educación; es decir, una adecuada atención y el máximo apoyo a cada alumno, cualquiera que sean sus circunstancias. Este es el primer paso para que la igualdad de oportunidades sea más que un concepto.
Conseguir una educación de calidad debería ser la meta común de todos por encima de otros intereses.
Hay que personalizar la educación y preparar a los alumnos para un futuro de trabajo en común y responsabilidad social. Es necesario ayudar a todos los alumnos, con independencia de sus circunstancias; facilitar que el profesorado disponga de tiempo para tutoría personal con los alumnos y con sus familias; desarrollar herramientas eficaces para la detección precoz de problemas de aprendizaje en los alumnos; y fomentar en ellos la responsabilidad personal y social, así como actitudes de colaboración y compromiso con la sociedad y con los demás.
Es muy importante facilitar la efectiva colaboración de familia y colegio, y la conciliación de la vida familiar y laboral, buscando fórmulas para que familias y escuela puedan desarrollar proyectos educativos comunes, mediante cursos de formación para padres, puedan asistir a las tutorías y a las reuniones de curso.
Y todos juntos, trabajar para lograr el reconocimiento y dignificación de la profesión docente, pieza fundamental del sistema educativo.
Estas medidas, entre otras, pueden ayudar a mejorar nuestro sistema educativo, que quizás debería tener como objetivos básicos reducir el fracaso escolar y el abandono escolar temprano. Para ello es necesario el compromiso de todos y superar los prejuicios que a veces ocasionan enfrentamientos donde no debe haberlos. Ojalá que todos coincidamos en que la Educación es de todos, ya que de nuestro Sistema Educativo depende el futuro de nuestros hijos y del país.
Begoña Ladrón de Guevara Pascual.
Doctora en Educación. Licenciada en Historia del Arte.
Miembro del Consejo Escolar del Estado
Presidenta de la Confederación de Asociaciones de Padres COFAPA
Profesora en la Universidad Villanueva en los Grados de Maestro de Educación Infantil y Maestro de Educación Primaria