Opinión

Aprovechar y vivir de los movimientos sociales: el ataque al cine del siglo pasado por su machismo

Es comprensible, aceptable y aplaudible la lucha de las mujeres por conseguir la igualdad de derechos que, todavía, no tienen, pero en este momento es más fuerte el mitin que el estudio sociológico que, por supuesto, es más aburrido.
Manuel Vega

Esto viene a cuento por lo que estoy viendo y oído sobre el cine, para mí un ARTE, con mayúsculas, que me ha fascinado y que me fascina y que está siendo manchado por el uso que ha hecho de las mujeres, siempre utilizadas como objetos sexuales y siempre situadas en plano menor respecto a los hombres.

No me voy a extender mucho, pero sí quiero dejar claro que hacer este tipo de valoraciones son absolutamente demagógicas y, si me apuran, una auténtica falacia. ¿Cómo es posible poner en el mismo plano lo que era la sociedad entonces y lo que es ahora?

Es cierto que las mujeres tienen razón, que quieren un cambio en la sociedad, que se las tenga en cuenta, como a los hombres, por su talento y no por su género, pero frente al mitin es necesario poner un poco de sentido común.

En estos últimos años estamos asistiendo a muchos ejemplos del uso de los diferentes descontentos de nuestra sociedad y cómo se aprovechan los problemas que tenemos para vivir de ellos.

He oído, con cierto estupor, que, en España, se está haciendo el mejor cine de siempre y lo único que puedo pensar es que me estoy haciendo mayor y que cada vez soy más ignorante. Puede ser, no me voy a calificarme a mi mismo. Pero como he dicho antes, para mi el cine es tan importante para el disfrute como, por ejemplo, la pintura.

Y hablando de pintura ¿la ponemos al mismo nivel que se está poniendo al cine en cuanto a la utilización de la mujer? Es cierto que se habla de ello, pero con más criterio y sin sacar las cosas de quicio. Hace unos días, por ejemplo, se revindico a la mujer como artista y se realizó una exposición sólo con mujeres pintoras. Pero sin ningún mitin, ni aprovechamiento del tema.

El cine ha ido avanzando como la sociedad o incluso por delante. Y se ha aprovechado para denunciar muchas causas. Es un vehículo extraordinario para mostrar muchos de los defectos de nuestra sociedad y, por supuesto, de su pasado, pero, al margen de los errores que se han cometido en el desarrollo de nuestra sociedad, hay muchos que admiramos esas películas descalificadas por el feminismo como lo que son: obras de arte.  

El cine debería tener un mayor espacio en nuestra educación, pero como no lo va a tener y muchos piensan que, simplemente, es un entretenimiento no me voy a extender mucho en fomentarlo.

Pero sí que deseo dejar claro que el cine, su historia, es un elemento más de nuestra cultura y, si se intenta, se va disfrutar tanto como de cualquier otro arte.

Hay películas con son joyas, otras buenas y muchas de las que podemos prescindir, pero siempre que sea una decisión nuestra. En una película es necesario tener en cuenta y saber valorar el argumento y el guión que lo desarrolla, el director que decide con que planos y tomas quiere mostrárnoslo, los actores, principales y secundarios, que lo hacen verídico, la música, fundamental y las mejores pasan a la historia y todo el equipo que está detrás y, en muchas ocasiones, nos los ponen tan rápido que es imposible leer más que un par de ellos.

Termino con un consejo que va a ser útil para los que estén de acuerdo o, simplemente, quieran completar su educación cinéfila. Al margen del placer de asistir en una sala a esa película que nos apetece, echar una ojeada a dos canales de televisión para todos: TCM y BOM y empezar por la primera que nos ofrecen y seguir una a una aunque también es bueno escoger entre su amplio despliegue de todo tipo de películas de todas las épocas.

Pero siempre teniendo en cuenta que en cada época la sociedad era como era pero que se hicieron auténticas obras de arte.