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Woody Allen: lo que desprecia Hollywood lo acoge San Sebastián

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El veterano director estrena Rifkin’s Festival, rodada en la ciudad vasca y con gran presencia española en el reparto, entre otros Elena Anaya -quien quedó encantada con Allen, y Sergi López. 
Por José Ignacio Vidal 
José Ignacio Vidal

Ocurrió que, no hace demasiado tiempo, al gran productor Harvey Weinstein le empezaron a llover demandas por abusos sexuales a actrices y secretarias que pasaban por allí. Y ocurrió que alguien -el hijo de Mia Farrow, ex mujer de Woody Allen- le quiso desenterrar ciertos esqueletos enterrados en el tiempo y en el arcón al señor Woody Allen.

Ya saben, las acusaciones -de las que salió bien absuelto el director hace ya muchos años y que nacieron de la “equilibrada” Farrow, quien aún hoy insiste que Allen abusaba de su actual mujer, Soon- Yi, cuando era aún menor-. Pero no, no hay esqueletos que desenterrar  porque nunca estuvieron allí, y Hollywood, siempre tan juicioso ha “ apartado” a Allen y este se vino a rodar a España.

Con el apoyo de Jaume Roures, el productor estrella en España, el genial director neoyorquino decidió rodar su nueva película en la ciudad de San Sebastián. Es una cinta sobre un festival de cine, es decir, cine dentro del cine, como ya hiciera en “Un final Made in Hollywood”(2002). 

Woody Allen siempre ha hablado maravillas del Festival de cine de San Sebastián, y a fe que parece que en esta película le hace un especial homenaje. De cualquier manera, Europa siempre le trato casi mejor que Hollywood, y Allen, que tiene de estrella lo que este servidor de cardenal, ha adaptado sus necesidades. las circunstancias, y estas, hoy por hoy, le “alejan” de los grandes estudios americanos. Ellos se lo pierden.

Metiéndonos ya en materia, “Rifkin’s Festival” cuenta la historia de un matrimonio estadounidense que acude al Festival de San Sebastián y queda prendado del festival, de la belleza y el encanto de la ciudad y de la fantasía del mundo del cine. Hasta aquí el argumento, que evidentemente tiene más aristas que ustedes irán descubriendo.

Lo cierto es que, de entrada, ya sorprende que un cineasta octogenario, con cuatro Óscar en el zurrón, mantenga ese espíritu jovial que desprenden sus últimas obras, como esta misma o “Día de lluvia en Nueva York” (2019). Pero es que, además, y como decíamos al principio, Allen está pasando por una etapa muy dura en su vida y es milagroso -bueno, es que él es un genio- que ello no se refleje en su cine. Muy al contrario. “Rifkin’s Festival” destila alegría, frescor, ganas de vivir…

En la película, Allen ata de nuevo una trama coral de frustraciones sentimentales, adulterios y súbitos flechazos que fluye con gran precisión y que con una catarata de citas y declaraciones de amor reelabora visualmente obras señeras de Bergman, Welles, Fellini o Godard.

Hasta consigue que el actor Wallace Shawn, un secundario lastrado por su físico y su difícil locución, parezca a quien algo más que todo eso. Y es que Shawn puede “ser” el alter ego del propio Allen, un tipo acomplejado en cierta medida pero cuyo ingenio sobresale y logra interesar a las mujeres. Y como de reparto hablamos, diremos que a la mujer de Shawn la interpreta la siempre sensual Gina Gershon.

La presencia española comienza por Elena Anaya, de lo mejorcito de nuestro panorama nacional, y que ha declarado que lo paso en grande con Woody Allen: “es un tipo increíble. Empezó a decirme tras cada toma que era la peor actriz del mundo, y yo le decía, ‘venga, hagamos otra toma’, y así todos los días. Es un genio”.

Otra presencia patria destacada es la de Sergi Lopez, uno de nuestros actores más internacionales, quien ha afirmado que Woody Allen “es absolutamente lo contrario a un estrella. Un tipo totalmente normal”. 

Ya lo ven, Woody Allen lo ha vuelto a hacer: lograr rodar una película cada año, y sin que por ello se resienta su calidad. Y es que algunos, por mucho que se empeñen “los otros”, no tienen esqueletos enterrados. Ni en el arcón ni en ningún otro sitio. ¿Verdad que no señor Allen?