Deporte y vida sana

Simone Biles, la gimnasta estadounidense que es ya la mayor medallista mundial de la historia

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Después de su regreso a la competición y del espectáculo que dio este pasado fin de semana en Amberes hemos creído que merece un lugar de honor en esta sección. Una atleta singular que pasará a la historia, una historia que tuvo que interrumpir dos años por problemas mentales.
LMN

La gimnasta estadounidense Simone Biles, de 26 años, aumenta su extensa lista de logros al conseguir su 23ª medalla de oro en unos Campeonatos del Mundo. Como decimos, fue el pasado domingo cuando la gimnasta se impuso en la final de la prueba de barra de equilibrios y de suelo en Amberes, ciudad belga.

En esta última jornada del campeonato, la estadounidense nacida en logró la primera posición en la barra de equilibrios, con una puntuación de 14.800 puntos. Ya había conseguido la mejor nota de todas las participantes en la ronda clasificatoria y en la final volvió a ejecutar un ejercicio sin fallos que la colocó una décima por delante de la deportista china, Yaqin Zhou, y de la brasileña Rebeca Andrade, que recibió una medalla de bronce por su nota de 14.300 puntos.

El triunfo en esta primera prueba que Biles afrontó el pasado domingo no hizo que la deportista bajase el ritmo. Apenas una hora después, volvió a subir a lo más alto del podio tras imponerse en la final de suelo con una nota de 14,633 puntos.

La de Ohio tuvo un fallo en la tercera diagonal, en la que sacó un pie del tapiz y, por esto, perdió 0,100 puntos. Aun así, la nota final de la gimnasta resultó inalcanzable para el resto de participantes, que aunque consiguieron una mayor puntuación en la ejecución, la dificultad del ejercicio de la ganadora fue mayor y esto permitió su victoria. Rebeca Andrade fue plata y la también brasileña Flavia Saraiva, bronce.

Biles hace historia

Amberes ya vio a Biles llevarse el título de campeona del mundo hace diez años, dando inicio a una impresionante carrera que le ha convertido en la mejor gimnasta de todos los tiempos. Sin embargo, la gimnasta tuvo que conformarse el pasado sábado con una medalla de plata, ya que la brasileña Rebeca Andrade se hizo con el oro en la final de suelo.

Aun así, la estadounidense continúa siendo la indiscutible medallista por excelencia de la gimnasia mundial. El pasado miércoles condujo a Estados Unidos a su séptimo título consecutivo de campeón del mundo por equipos, un premio que permitió a la de Ohio sumar su 26ª medalla -20 oros, 3 platas y 3 bronces- en unos Mundiales, más que nadie en la historia.

Pero la ambición de Biles, que como ella misma apuntó «puede seguir mejorando», no tiene límites y fue el pasado viernes cuando consiguió igualar al japonés Kohei Uchimura, otra leyenda del mismo deporte, y ambos son ahora los únicos gimnastas en toda la historia capaces de lograr seis títulos de campeones del mundo en el concurso completo.

«Empujé más allá de lo que pude»

Simone Biles, campeona olímpica en Río de Janeiro y del mundo en gimnasia artística, ha declarado en una entrevista a la revista New York Magazine que no debería de haber formado parte de la selección de Estados en los últimos Juegos Olímpicos: «Tendría que haberlo dejado antes de Tokio». 

La deportista ganó una medalla de bronce en Japón, pero tuvo que retirarse de varias finales para priorizar su salud mental, un gesto que visibilizó lo que todavía es un estigma. Biles, que en 2018 denunció junto a otras deportistas al doctor Larry Nassar por abusos sexuales, tuvo que declarar en el juicio donde afirmó que condenaba la conducta no solo del exmédico sino “a todo el sistema que permitió y perpetró sus abusos”.

En la entrevista explica que no quiso que la mediatización del caso intercediera en sus pensamientos, que no la desconcentrase, por eso se presionaba para continuar hasta el límite. «Cuando Nassar estaba en los medios, era demasiado. Pero no iba a dejar que se llevara algo por lo que había trabajado desde que tenía 6 años. No iba a dejar que me quitara esa alegría. Así que empujé más allá de lo que pude, durante el tiempo que mi mente y mi cuerpo me lo permitían«, explica la gimnasta.

Finalmente, el peso que llevaba sobre sus hombros llevó a la deportista a fallar en los Juegos de Tokio: «Es básicamente de vida o muerte. Es un milagro que aterrizara de pie. Si fuera cualquier otra persona, habría salido en camilla. Tan pronto como aterricé, fui y le dije a mi entrenador: ‘No puedo continuar».