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Monte Saint-Michel, inspiración de pintores y escritores para un viaje inolvidable

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Si estás buscando un destino con encanto para hacer una escapada esta primavera, el Monte Saint-Michel , en Normandía (Francia) puede ser una opción ideal.
LMN

El Monte Saint-Michel es en realidad una pequeña isla rocosa a la que durante siglos sólo se podía acceder en barco o cuando bajaba la marea, lo que la convirtieron en un lugar prácticamente aislado y, por lo tanto, en una fortaleza inexpugnable que fue aprovechada por una comunidad de Monjes benedictinos que en torno al siglo VIII comenzaron a construir una pequeña iglesia que tras ocho siglos más de trabajo terminó siendo la majestuosa abadía que corona la isla y ocupa gran parte de ella.

En 1791, la abadía pasa a ser propiedad del Estado, quien, aprovechando el difícil acceso del lugar, la convierte en cárcel hasta en 1863.

Esta abadía, de estilo gótico y romántico, está declarada monumento histórico desde 1862, y en 1979, junto a su bahía, se convertía en  Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco. Actualmente y desde hace varios años es escenario de numerosas películas.

El encanto de este lugar hizo que numerosos intelectuales románticos de siglo XIX se enamoraran de él, y lo utilizaran como motivo de inspiración pata sus obras como es el caso del escritor Guy de Maupassant, que escribió en 1882  la Leyenda del Mont Saint- Michel, o del pintor Paul Signac, famoso por su desarrollo de la técnica puntillista con la que retrató una preciosa puesta de sol sobre el la isla. Actualmente es escenario de multitud de películas, anuncios y video clips 

Qué ver en el Monte Saint–Michel

Además de la abadía, en la que podrás escuchar los oficios cantados por los monjes, hay otras visitas que harán de este un viaje inolvidable, como son la casa del caballero Bertrand du Guesclin, del siglo XII, perfectamente amueblada; la Iglesia parroquial de San Pedro rodeada de su cementerio y con una curiosa escultura yacente e un caballero medieval decapitado, y sus dos museos: el histórico y el del mar.

Imprescindible darse una vuelta por sus calles empinadas y las tiendas de souvenirs, comer en uno de sus restaurantes y  observar el monte desde la nueva presa, donde podrás admirar el fenómeno de sus impresionantes mareas que hacen que el agua baje más de 15 metros. 

También podrás recorrer acompañado de un guía, la bahía del Mont-Saint-Michel. Esta visita está prohibido hacerla por libre ya que las arenas movedizas y las fuertes mareas son sumamente peligrosas. 

Actualmente, el Monte Saint Michel ese ha convertido en uno de los destinos más populares de Francia, por lo que visitarlo en otoño es muy recomendable ya que no te encontrarás con la avalancha de turistas del verano. 

Dónde alojarse

En la isla hay bastantes hoteles en los que alojarse:

Le Mouton Blanc– situado a los pies de la abadía  ( tres estrellas)

La Mère Poulard– ocupa un edificio histórico en el corazón de la isla y ofrece vistas a la abadía y a la ciudad medieval (tres estrellas)

Auberge Saint Pierre- es una casa del siglo XIV de entramado de madera (tres estrellas)

La Vielle Auberge (dos estrellas)

Les terrasses Poulard (tres estrellas)