Deporte y vida sana

Michael Jordan, su serie ha sido un “pelotazo”

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«The Last Dance» repasa la historia y trayectoria de Jordan 

The last dance”, es el documental sobre los años gloriosos de los Chicago Bulls con Michael Jordan como protagonista. El nombre de esta serie se debe a Phil Jackson, entrenador de los Bulls, que en cada temporada elegía un concepto al que le ponía el nombre que él creía que iba a ser determinante ese año.

En la temporada 97-98 eligió “El último baile” (The lasta dance) que da el título a la serie. Él, Jackson, presentía lo que fue definitivo: iba a ser la última temporada brillante de los Chicago Bulls, equipo capitaneado por el mítico Michael Jordan junto a  Scottie Pippen, Steve Kerr y Dennis Rodman, todos ya en decadencia.

Los dos primeros capítulos estrenados en Netflix fueron un éxito

El lunes, Netflix lanzó los dos primeros capítulos, un día después de que ESPN lo hiciera en EE UU. Y, si bien el gigante del streaming no comparte información sobre sus datos, sí que por lo pronto este martes figura como el segundo contenido más visto de la plataforma en España.

La docuserie, durante cuya producción el director Jason Hehir realizó 106 entrevistas, traza un recorrido lineal por esa temporada 97-98, al tiempo que repasa la historia y trayectoria de Jordan desde su infancia, pasando por sus años en la Universidad de Carolina del Norte, hasta su llegada a la franquicia de la «ciudad del viento» y su último campeonato con los Bulls.

Genio super competitivo

La serie muestra la intimidad del equipo y deja al descubierto el lado más competitivo de Jordan, algo que le generó cierta preocupación a la leyenda de la NBA. «Cuando la gente vea los vídeos de esa época, va a pensar que soy una persona horrible«, le confesó el ex alero a Hehir, durante la primera de las tres entrevistas que tuvo durante la producción, en septiembre de 2017.

«Le pregunté por qué quería hacer esto y me respondió que no quería”. Comenta Hehir.  Le dije:’¿Por qué no?’. Y me contestó:‘Cuando la gente mire estas imágenes, no estoy seguro de que puedan entender por qué era tan intenso, por qué hice esas cosas, por qué actué como lo hice y por qué dije las cosas que dije”.

«Poco a poco fue más receptivo, carismático, respetuoso y estuvo completamente conectado. Y me dijo desde el primer día que le podía preguntar lo que yo quisiera», comentó el cineasta.

Complicado inicio con sus compañeros en Chicago 

La serie empieza contando el paso del mejor jugador de todos los tiempos en la Universidad de North Carolina y sus primeras experiencias como profesional con los Bulls, que según él «fueron difíciles porque no esperaba encontrarse con el sombrío ambiente que se vivía en el equipo».

Y no podemos dejar de comentar lo que el propio Michael cuenta de sus comienzos en los Bulls y lo que pensó: Los veteranos hacían cosas que yo no veía. Como una vez en pretemporada, creo que era en Peoria, Illinois. Yo estaba en el hotel intentando encontrar a mis compañeros y empecé a llamar a todas las puertas y llegué a una donde había ruido. Pude escuchar a alguien diciendo ‘shhhh, hay alguien ahí fuera‘. Entonces escuché una voz que preguntaba: «¿Quién es?». Yo respondí: «MJ». Y dijeron: «Maldita sea, es solo el novato. No se preocupen». Entonces abrieron la puerta y prácticamente todo el equipo estaba ahí, haciendo cosas que yo nunca había visto en mi vida. Tenían rayas de cocaína por todos lados, pipas de marihuana, mujeres… Era un circo«, relatá el legendario número 23.

Jordan cuenta que decidió apartarse de sus compañeros porque no le interesaban sus hábitos y porque su único objetivo era triunfar como jugador de baloncesto.

«Me voy. Si alguien aparecía en ese momento, yo sería igual de culpable que el resto de personas en esa habitación. Aparecían artículos que decían que los Bulls eran un circo de cocaína. A partir de entonces estaba solo», agregó.

Su única meta era triunfar y jugar bien al baloncesto

En el documental, Jordan manifiesta que tenía posiciones muy diferentes a las de sus compañeros: «No iba a clubes, no fumaba, no me metía cocaína y en ese momento tampoco bebía. Solo buscaba descansar un poco y estar bien para jugar al baloncesto».

Desde su arranque, «The Last Dance» también transmite la tensión que existía dentro de la franquicia de Chicago en el otoño boreal de 1997, cuando el entrenador Phil Jackson dijo a sus jugadores que la temporada que comenzaba sería «el último baile».

Pero en fin, todo esto es el principio de esta miniserie que no solo va interesar a los aficionados al deporte de la canasta, como ya ha sido con estos dos primeros capítulos que se pueden ver en Netlix y también en Movistar, según me han informado, pero no he comprobado en la plataforma de Telefónica.

Pau Gasol, Romay, Biriukov, Epi y Jofresa y Villacampa

Quiero terminar con algunos de los comentarios de los jugadores españoles que tuvieron la suerte o la desgracia de enfrentarse a Jordan y que publica el diario Marca:

Pau Gasol : «Estuve varios días pensando en ese primer partido que me enfrentaba a él en la NBA. Estaba como un flan y lo acusé [hizo seis puntos con 2/7 en tiros y atrapó 13 rebotes]. Estaba admirado y al mismo tiempo disfrutando de la oportunidad que tenía de jugar contra él. Fue un placer, pero también un partido atípico. Recuerdo que me quedaba admirando su clase»

Fernando Romay: «Entonces (en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles) ya era la leche. Hacía dos años que había sido campeón de la NCAA, venía como referente de la selección de Estados Unidos y confirmó lo bueno que era. Yo tuve el honor de ponerle un gorro y estoy orgulloso de ello. No me acuerdo bien, pero seguro que Jordan se fue de Iturriaga, que no defendía nada, y yo que pasaba por allí le puse un tapón. Eso no compensa todas las que nos metió»

Jordi Villacampa: «Fue increíble jugar contra él. Siempre fue mi ídolo. Por su juego y porque guardo algunas coincidencias con él: nacimos el mismo año [1963], medimos lo mismo [1,98 metros], jugábamos en la misma posición y ganamos nuestro primer título el mismo año [1991]: él un anillo y yo una Liga. La diferencia estaba en el sueldo. Si se te caía la baba todo el rato, no jugabas. Era imparable. Por la televisión se le veía así y en la cancha, cuando le tenías enfrente, era todavía peor. A mí me tocó defenderle y era imposible hacer nada para detenerle. Es el jugador más completo que he visto. En ataque era buenísimo, pero también era un gran defensor. Aquel fue el único partido de mi carrera que, antes de empezar, supe que no iba a ganar».

Epi: «Era el mejor del mundo con diferencia. Era un jugador indefendible. En el 84 era bueno, pero en el 92 había mejorado muchísimo. No sé si se podría decir que era extraterrestre, pero muy normal no era. Yo me atreví a decirle que era el mejor».

Rafa Jofresa: «Me acuerdo que antes del salto inicial (en los Juegos de Barcelona), Jordi [Villacampa] me preguntó si en defensa cogía yo a Magic o a Jordan. Nos entró la risa, claro. Enfrentarse a Jordan y al Dream Team era algo increíble. Eran otros tiempos en los que no había acceso a tantos partidos, documentales e información sobre la NBA. Ahora lo tienes todo en el móvil. Se les veía como ídolos, pero también muy lejanos. Jugar contra Jordan y ese equipo fue una satisfacción parecida a ganar un campeonato».

Chechu Biriukov: «Fue increíble jugar contra uno de los mejores de todos los tiempos. En Barcelona nos enfrentamos al Dream Team, al genuino, y nos parecía que estábamos jugando contra dioses. Pues Jordan sobresalía por encima de ellos, lo que te habla de su grandeza. Es el Zeus del baloncesto. Me alucinó su agilidad, su rapidez, su capacidad de salto, su técnica… Todo. Lo que parecía imposible, él lo hacía con facilidad. Hacía unas cosas increíbles en el aire. Te quedabas con la boca abierta. Tenía mucha elasticidad y además era muy plástico. Era abrumadoramente superior. Menos mal que no tuve que defenderle».

El contrapunto y la admiración de «Magic Johnson»

El legendario base de Los Angeles Lakers, ‘Magic‘ Johnson, para terminar este artículo, comentó: “Con este documental los jóvenes aficionados que nunca vieron jugar a Michael, ahora entienden por qué es el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos».

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