Los atractivos de Gandia: de la playa al palacio
Madrid ya hierve de calor y apetece una escapada a un destino a orillas del Mediterráneo. Una ciudad en la que ver monumentos y dejarnos llevar por la propuesta cultural y de ocio, pero también un destino en el que relajarnos y poder, sencillamente, disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
Los atractivos de Gandia la convierten en el destino idóneo, y más teniendo en cuenta que la tenemos muy cerca de Madrid.
La playa de Gandia, un referente nacional
Gandia es conocida por su playa: Tres kilómetros de arena fina, aguas limpias y un largo paseo rodeado de todos los servicios imaginados: hoteles, cafeterías,… Su arenal es tan amplio que permite un aforo de hasta 55.000 personas respetando los dos metros de distancia, por lo que es posible disfrutar de la jornada de sol con total seguridad. Además, no hay que hacer ninguna reserva y, si las familias o grupos de amigos quieren extremar las precauciones, pueden adquirir un kit de separación de playa segura (tres euros) —a la venta en las oficinas de turismo y algunos hoteles—.
Una playa donde la Bandera Azul ondea desde hace 34 años y en la que es posible saciar las ganas de sol y de playa con garantías de seguridad gracias también a las medidas que se han adoptado para esta campaña estival: acceso al arenal a través de las pasarelas de entrada o de salida, vigilancia e informadores que velan para que se cumplan las normas. Todo ello contribuye a que se disfrute de un placentero día playero.
El paseo marítimo es ideal para disfrutar de largos paseos con la brisa del mar pero también del placer de sentarse en una cafetería, heladería o bar para tomar algo. El paseo marítimo se ha cerrado al tráfico para que se disfrute con tranquilidad y que el espacio de dos metros esté garantizado en todo momento. Otras opciones son la práctica deportiva o, en la misma playa, escoger uno de los chiringuitos para tomar algo.
Un litoral que también cuenta con las tranquilas playas de Venecia, Rafalcaid y d’Ahuir, cuyas condiciones climatológicas las convierten en idóneas para practicar deportes acuáticos, como Kitesurf, paddle surf… O simplemente pasear por las pasarelas que hay entre las dunas.
Una ciudad repleta de historia
Los atractivos de Gandia van más allá de su playa y para conocerlos hay que dirigirse hasta su casco antiguo, que guarda un rico patrimonio cultural e histórico. Un legado que se fragua principalmente durante los siglos XIV y XVIII, periodo en el que Gandia fue capital de un importante ducado, y está marcado por la familia de los Borja; con miembros universales como el duque y San Francisco, el papa Alexandre VI, Maria Enríquez, personajes con conexiones vaticanas y europeas que permiten transformar el ducado de Gandia del renacimiento en una pequeña corte de riqueza y cultura.
Un legado que se puede conocer en la visita al Palau Ducal, que fue la casa natal de San Francisco de Borja. La parte más antigua del edificio está fechado en el siglo XV, pero fue restaurado y transformado en santuario por los jesuitas. En el interior destacan sus salones, entre ellos la Galería Dorada, de estilo barroco, y el salón de las Coronas. Para descubrir cada rincón de este palacio y las historias que encierra lo mejor es realizar una visita guiada. Igualmente, se pueden disfrutar de actividades tan singulares como El Tast de la Duquessa, unas jornadas gastronómicas maridadas con cerveza artesanal, o ver una película en el patio del Palacio Ducal.
Ese paseo lleva al distrito del Raval, con sus calles estrechas y sombreadas a cualquier hora del día, y donde destaca la iglesia del Raval. Pero también a su vibrante centro histórico, repleto de pequeños comercios y restaurantes para comprar algún recuerdo o probar la auténtica fideuà de Gandia. Una experiencia aún más placentera este año porque el centro histórico también se ha cerrado al tráfico.
Sigue el paseo porque debes visitar la Colegiata de Santa María, llegar a la plaza de la Antigua Universidad para admirar las impresionantes esculturas Borja de Manolo Boix, la iglesia del Beato Andrés Hibernón, el convento de San Roque o el convento de Santa Clara, entre otros. Y, por su puesto, el Monasterio de San Jerónimo de Cotalba.
#VuelveABrillarEnGandia