Cultura y entretenimiento

La influencia del cine clásico en la literatura del oeste y en varias películas más actuales

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La buena salud actual del wéstern literario en España contrasta con el maltrato histórico al que se le ha sometido en nuestro país, a base de «malas ediciones y malas traducciones, y una concepción generalizada de que se trataba de una narrativa de poca calidad de compraventa en quioscos; literatura de usar y tirar.
BettyGS

Sea como fuere, y a pesar de que viniese al mundo rodeado de lugares comunes y personajes arquetípicos, Una de las claves de la popularidad del género. Los gestos, las expresiones tan repetidas que se han convertido en clichés, las imágenes míticas de este tipo de obras el vaquero que llega a una casa de troncos atacada por los indios, las batidas a caballo por las llanuras, las conversaciones de los hombres que intentan abrirse paso por los espacios salvajes… no han llegado a nosotros gracias al soporte de la literatura, sino al del cine.

Buena prueba de ello es que han corrido ríos de tinta desde el ámbito de la divulgación dedicada al cine. Se ha estudiado cada diálogo, cada plano, cada enarcar de cejas de John Wayne, Charles Bronson o Kirk Douglas.

Entre los más actuales se encuentran El asesinato de Liberty Valance, del exfiscal general del Estado Eduardo Torres-Dulce (Hatari Books, 2020); Sin dólares no hay ataúdes: 50 ejemplos del wéstern mediterráneo, de Rafael de España (Editorial UOC, 2019); Grandes temas del western, de VV. AA. (Plan B Publicaciones, 2020); el curioso por visibilizar que la relación de nuestro país con el spaghetti western no se circunscribe solo al Desierto de Tabernas– Cine del Oeste en la Comunidad de Madrid, de Javier Ramos y Ángel Caldito (Ediciones La Librería, 2019); ¡Desenfunda, forastero!, de Alfonso Bueno López (Distriforma, 2019); El Western: diccionario de películas, de Joaquín Vallet (T&B Editores, 2018), o el interesante ensayo El héroe trágico en el western, de Fran Benavente (Athenaica, 2017).

Algo anteriores en el tiempo, pero aún vigentes son Más allá del oeste, del crítico Ángel Fernández-Santos (Debate, 2007), y Películas clave del wéstern, de Quim Casas (Ediciones Robinbook, 2007). Por último, la editorial Cátedra dedicó varios títulos a la obra de titanes del wéstern: Clint Eastwood  y Sergio Leone, ambos de 2009 y de Carlos Aguilar; y Joel y Ethan Coen (2012), de Antonio Santamarina Alcón.

Un género autorreferencial

Lo que sí parece claro es que se trata de un género altamente autorreferencial y basado en la retroalimentación, buena parte de lo que, comúnmente, entendemos como perteneciente al Viejo Oeste no se corresponde con las –muchas veces, exiguas– fuentes históricas, sino que viene dado por la imagen que ayer nos llegó a través de películas, novelas o folletines, y hoy también a través de videojuegos, series, música o cómics.

Cuando recordemos el XIX norteamericano, pocos se acordarán de fechas, batallas y gobernantes, y nos quedaremos con los mitos: la guerra civil americana, las tribus indias masacradas por los conquistadores europeos en busca de tierras y los duelos a muerte en la frontera, la fiebre del oro y el ferrocarril surcando el horizonte.

Probablemente no se tratará de una perspectiva científica ni puramente histórica, pero, narrativamente, se trata de un argumento mucho más poderoso. Ahora lo sabemos con seguridad, pero la Edad Media no fue como nos la habían pintado las novelas escritas en el Romanticismo, ni tan oscura, ni atávica. Pero preferimos quedarnos con las justas, el amor cortés y los castillos con sus pabellones desplegados.

El nuevo cine: de los Hermanos Coen a Tarantino

Si hablamos del nuevo cine, a nadie sorprenderá saber que entre los responsables de la revitalización del wéstern se encuentran los hermanos Coen, con Valor de ley  (2010), y Quentin Tarantino, con los filmes Django desencadenado (2012) y Los odiosos ocho (2015).

Les siguieron obras de corte auténticamente hollywoodiense, como Hostiles (2017), de Scott Cooper, pero también The salvation (2014), de Kristian Levring; la ultraviolenta Bone Tomahawk (2015), de S. Craig Zahler quien, por cierto, ha publicado la novela Espectros en una tierra trizada (Tres Puntos Ediciones, 2018)Brimstone  (2016), de Martin Koolhoven; Deuda de honor (2014), de Tommy Lee Jones, y La balada de Buster Scruggs  (2018) una colección de historias pulp de los ya citados hermanos Coen.

Entre las mejores revisiones del género están Comanchería (2016), de David Mackenzie; Una chica vuelve a casa sola de noche (2014), de Ana Lily Amirpour, y The Rider (2017), de Chloé Zhao.

En el terreno de las series, la era Deadwood (2004-2006) resucitada en 2019 con una película homónima– dio paso al reboot de Westworld (2016), de Jonathan Nolan, y a la aplaudida Godless (2017), de Scott Frank.