Opinión

La Cigarra y la Hormiga

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Opinión de Ignacio García de Vinuesa respecto a lo sucedido en las elecciones del 26 de mayo de 2019

Hace ahora un año que el Partido Popular de Alcobendas ganaba por cuarta vez consecutiva las elecciones municipales.

Un año desde que negociaciones de despacho posibilitaran un acuerdo de gobierno entre el Psoe y C´s, aunque para conseguirlo tuvieran que diseñar y compartir un trofeo que no habían conseguido en las urnas.

Este ha sido un año en el que viene muy bien recordar la fábula de la cigarra y la hormiga.

El PP ha gobernado en Alcobendas durante 12 años consecutivos, desde 2007, la época que muchos consideran la mejor para el progreso de la Ciudad y para las oportunidades e intereses de los alcobendenses y empresas que nos eligieron para desarrollar sus proyectos.

Fueron años de intenso trabajo, contando con un formidable equipo unido en el interés común de mejorar Alcobendas. Y nos sentimos muy orgullosos del trabajo realizado: conseguimos bajar el desempleo por debajo del 7%, el número de empresas instaladas en nuestra ciudad superó las 16.000, bajamos los impuestos municipales hasta el límite permitido, renovamos muchas infraestructuras en todos los barrios y distritos, invertimos en la mejora de los colegios públicos hasta dejarlos como nunca habían estado, mejoramos y ampliamos las instalaciones deportivas, dotamos a la Ciudad de nuevos centros culturales y sociales, construimos nuevos parques y modernizamos otros muchos, diseñamos el mayor proyecto de vivienda pública y privada de la Comunidad de Madrid, creamos espectaculares parques de ocio infantil, mejoramos la gestión hasta alcanzar reconocimientos internacionales, lideramos el ranking de transparencia en España…y, lo más importante, nuestros vecinos llegaron a señalar a Alcobendas la ciudad ideal para vivir y trabajar.

Pero nuestra intensa actividad inversora no descuidó el saneamiento de las finanzas municipales.

Habíamos heredado una colosal deuda que superaba los 100 M€, que redujimos en casi un 90%, rebajando simultáneamente los impuestos. Y cuando rendimos cuentas en el traspaso de gobierno, había en las arcas municipales más de 40 M€ para gasto corriente e inversiones en proyectos ya aprobados pendientes de ejecución.

Volvamos a la fábula. Trabajamos como la hormiga, sin parar y planificando un futuro siempre incierto, para el que era necesario tener reserva en los almacenes.  La cigarra, el actual gobierno, ha estado todo un año canturreando y haciéndose fotos en el Siete Días como si no hubiera un mañana, y como si su única responsabilidad fuera gastar la golosa herencia recibida.

Respeto, como no, la alternancia política en democracia. Pero no siempre lo que sume para alcanzar un gobierno lícito debería ser considerado como el resultado de la generosa búsqueda de la mejor alternativa para los administrados.

El actual gobierno de coalición de Alcobendas se formó después de acordar la alternancia en la alcaldía pasados los dos primeros años de mandato. Evidentemente nadie podría decir que esa fórmula es por la que habían apostado los votantes. Pero siendo tan singular la solución, no me parece tan importante la ecuación como los efectos que su puesta en marcha ha causado en Alcobendas.

No hay ni una sola iniciativa nueva, se ha perdido el dinamismo y la ilusión de tiempos pasados en los que nos movía el compromiso con Alcobendas. La necesaria coordinación para el trabajo en equipo ha desaparecido dando paso al desconcierto creado por las órdenes cruzadas y el irrefrenable afán de protagonismo de algunos miembros del gobierno. Muchos trabajadores municipales que venían trabajando con probada eficacia desde hace mucho tiempo fueron cesados para colocar a afines, con lo que se ha creado un tenso ambiente laboral que en modo alguno ayuda al resultado de la gestión.

Alcobendas es una gran realidad social tejida durante años hasta conseguir alcanzar el bienestar de la mayoría de sus ciudadanos. Y por supuesto que el Modelo de Ciudad que es hoy Alcobendas no se inició en 2007, aunque crea que han sido las tres últimas legislaturas las mejores. La gestión de sus intereses requiere contar con un equipo que comparta más afinidades que discrepancias o intereses personales. No vale cualquier fórmula. Hay que dejar en casa los egos y el afán de notoriedad personal. Y en este gobierno actual hay demasiados personalismos y competencia interna, también en el seno de los partidos que lo forman. El liderazgo no puede estar en permanente disputa, pero la fórmula elegida en nada ayuda: “dentro de un año me tocará ser alcalde”, piensa alguno. O no, dicen otros. Así es difícil avanzar.

Por otra parte, en política nacional son evidentes las notables diferencias entre el Psoe y C´s. Me resulta difícil imaginar cómo trabajar en armonía con quien descalifica al partido adversario de la forma que lo hacen ambos. Pero sobre esto último podrían alegar: ¡nos une el proyecto común llamado Alcobendas! Lo podríamos creer si hubieran aprovechado este largo año para hacer algo, pero… nada. Valga un ejemplo: el líder de C´s no ha sido capaz ni de vender el coche oficial que yo utilizaba como alcalde y que prometió cien veces sería lo primero que haría.

La hormiga trabaja en equipo, y les va bien. La cigarra se pavonea en solitario sin ningún resultado.

La política requiere el leal trabajo en equipo. Para sólo buscar la foto hay otras actividades.

Ignacio García de Vinuesa fue alcalde de Alcobendas entre los años 2007 y 2019. Actualmente es Comisionado de Gobierno para la Atención a las Víctimas de Terrorismo de la Comunidad de Madrid.