Moda y Tendencias

Hoteles sólo para adultos, cada vez más se apuntan a la moda

Vetar el acceso a niños va en contra de la Constitución, pero el sector hostelero recuerda que es una opción más y que hay mucho público que demanda tranquilidad. Muchos clientes se han encontrado con esta sorpresa en sus vacaciones de Semana Santa.
LMN

Los hoteles -o los restaurantes- que se promocionan directamente como ‘only adults’ (solo adultos) cometen una infracción y es el mismo caso de un establecimiento que se promociona bajo la etiqueta ‘solo gais’ o ‘solo heterosexuales’”.

El veto de este tipo de establecimientos no es comparable con, por ejemplo, la prohibición a los menores de 16 años de entrar en una discoteca. “Eso no es discriminar sino proteger el interés del menor”.

El concepto ‘only adults’ se puso de moda en la década de los 70, en los grandes complejos hoteleros del Caribe, que se dirigieron al público adulto estadounidense para prometerles una especie de luna de miel, unos días de descanso y desconexión total sin niños y niñas haciendo ruido y montando jaleo.

En España el primer establecimiento ‘only adults’ abrió en 2008 en Gran Canaria. Este tipo de turismo está viviendo un momento dulce. Según la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, el 5% de los hoteles españoles se adscriben a esta clasificación. 

«El sector turístico es dinámico y busca constantemente nuevos y atractivos productos. Las parejas sin hijos con dobles ingresos (‘double income no kids’) tienen un gasto medio elevado», explica Pablo Díaz, profesor de Turismo de los estudios de Economía y Empresa de la UOC.

Lo habitual no es colgar el letrero de ‘kids-free’ sino disuadir al público familiar. De ahí, las etiquetas como ‘escapada romántica’. “Otras opciones son el hecho de no tener menú infantil en el restaurante, no disponer de tronas ni de camas supletorias o de promocionarse bajo una publicidad de descanso total y bienestar”, destaca el profesor de Derecho. “Si tienes hijos, directamente, no miras ese tipo de ofertas y te vas otras”, añade.

Los ayuntamientos “hacen la vista gorda” porque si quisieran, con la ley en la mano, podrían multar estas prácticas. «Las administraciones no son excesivamente activas a la hora de fiscalizar los alojamientos que se publicitan como solo para adultos. Y, en casos de inspecciones, la respuesta de los establecimientos se centra en negar que se prohíba la entrada a menores y a decir que simplemente están enfocados a un público adulto, si bien puede acceder todo tipo de clientes sin restricción alguna en cuanto a la edad. La remisión a un error en la expresión publicitaria suele ser habitual», concluye.

El sector, sin embargo, niega que estemos delante de una discriminación. Más bien lo consideran una opción y recuerdan que ningún padre ni madre irían con sus niños pequeños a un restaurante con estrellas Michelín. “Cuando empezó, nadie entendía bien el concepto de solo adultos. Hoy sí. Es más, el público lo busca porque demanda tranquilidad”.