Cultura y entretenimiento

‘Bad Boys: Ride or Die’más grande, más desquiciada y más adrenalínica con la química entre Will Smith y Martin Lawrence.

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Todo aquél que no comulgase con la anterior ‘Bad Boys’ y quien espere un mínimo atisbo de originalidad en lo que respecta a lo argumental, quedará decepcionado con ‘Ride or Die’, pero se equivoca, es la mejor de la saga.

La película, además de compartir código genético con ‘Bad Boys For Life’, se construye sobre una trama extremadamente arquetípica desde su propia premisa, que juega con la sobada carta de convertir a los héroes en fugitivos que intentan limpiar su nombre.

Esta base abre paso a un abanico de giros y mecanismos dramáticos vistos una y mil veces que incluyen alianzas forzosas con personajes antagónicos, topos ocultos a simple vista —cuya revelación es de todo menos sorprendente— y villanos algo planos y desdibujados que poco tienen que ver con la genial excentricidad en spanglish que nos regaló Jordi Mollá en ‘Dos policías rebeldes II’.

Esto no quiere decir que estemos ante el que, al menos sobre el papel y la pantalla, es un blockbuster estival modélico con madera para convertirse en uno de los grandes estrenos de la incipiente temporada veraniega 2024. ‘Bad Boys: Ride or Die’ es un «más y mejor» respecto a ‘Bad Boys For Life’.

Sinopsis

La película sigue a estos dos intrépidos policías de Miami mientras se enfrentan a una nueva amenaza en la ciudad. Una peligrosa red de narcotraficantes se está infiltrando el mercado con una letal droga de diseño, desatando una ola de crímenes violentos.

Con su característico estilo temerario y su inquebrantable sentido del deber, Mike y Marcus se embarcan en una misión llena de persecuciones vertiginosas, explosiones y tiroteos, todo mientras intentan equilibrar sus complicadas vidas personales.