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Alimentos y bebidas que influyen en el descanso nocturno

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¿Sabías que los alimentos y bebidas que tomamos en la cena influyen en el descanso nocturno? Lo que ingerimos por la noche no solo va a hacer mella en la ganancia o no de peso, sino que también va a contribuir a que descansemos mejor o peor.

Si no quieres “pasar la noche en vela” por una mala elección en la cena, toma nota de los siguientes alimentos que deberías evitar:

  • Lechuga: aunque la relacionamos con la dieta, es un alimento rico en fibra insoluble, lo que va a favorecer la acumulación de gases y la hinchazón abdominal, perjudicando el descanso nocturno.
  • Fruta en exceso: cenar únicamente fruta no solo va a hacernos ganar kilos por su riqueza en azúcares, también va a propiciar las bajadas de glucosa haciendo que nos despertemos a media noche con sensación de hambre.
  • Quesos grasos: de cabra, manchego, cheddar, azul, gruyere, roquefort… todos ellos son ricos en grasas saturadas, lo que impide conciliar el sueño. Lo mismo sucede con las frituras y otros platos con exceso de grasa que, como resultan muy difíciles de metabolizar por el organismo, hacen que éste trabaje en exceso y el descanso se vea afectado.
  • Carne roja: al tratarse de una proteína de difícil digestión, nuestro sistema digestivo debe de trabajar más, interfiriendo con un buen descanso.
  • Hidratos de carbono refinados: pueden provocar insomnio, principalmente en mujeres posmenopáusicas. Diversos estudios científicos concluyen que, cuanto mayor es el índice glucémico de la dieta, mayor es el riesgo de tener dificultades para dormir, sobre todo si predominan los alimentos altamente procesados, esto es, con grandes cantidades de azúcares en su composición.
  • Legumbres: al ser alimentos flatulentos, es frecuente que aquéllas personas con tendencia a los gases, perciban un aumento de éstos en la noche si cenan platos que las contengan.
  • Chocolate: es rico en feniletilamina, teobromina y cafeína, todos ellos estimulantes del Sistema Nervioso Central (SNC), por lo que pueden actuar como excitantes haciéndonos sentir más enérgicos y, por lo tanto, dificultando el sueño.
  • Salsa de tomate: Podría provocar acidez a los estómagos más sensibles y favorecer el reflujo gastrointestinal, un extra que empeora si estamos tumbados.
  • Fast Food: la gran cantidad de ingredientes ricos en azúcares y grasas, además de convertirlo en un producto altamente calórico que consumido con frecuencia perjudicará nuestra salud y nuestro peso, harán que el estómago tenga que realizar un trabajo mayor para asimilarla interfiriendo con el sueño.
  • Sal: los alimentos excesivamente salados, como los snacks de bolsa, los salazones y los ahumados, pueden provocar que nos despertemos con mucha sed y después nos cueste volver a dormirnos.
  • Café y té: tanto la cafeína como la teína son estimulantes del SNC por lo que conviene evitarlos en las horas próximas a dormir y, si además tenemos problemas añadidos de insomnio, lo ideal es no consumirlos desde la hora de la comida.
  • Alcohol: Aunque por todos es conocido que puede provocar somnolencia, este sueño no es nada reparador, además de interrumpido, influyendo negativamente en el descanso nocturno.

Doctora Blanca Rodríguez Ayala

@blanca4615