Opinión

Del “trata de arrancarlo Carlos” al premio Princesa de Asturias

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Por Jose Ignacio Vidal

Carlos Sainz, doble campeón del mundo de rallys y tres veces vencedor del Dakar consigue al fin el ansiado reconocimiento

“La cagamos Luis”, “No la cagamos, sigue”; “Trata de arrancarlo, por Dios, Carlos”. Son frases que están en el imaginario de la historia del deporte español. Pertenecen a la pareja que formaron en los campeonatos de rallys Luis Moya y Carlos Sainz. La frase que titula este artículo ocurrió concretamente en 1998, a 500 metros de la meta en el Rally de Inglaterra, cuando la pareja de pilotos acariciaban ya su tercer Mundial de rallys. Ni el mejor Hichtcock hubiese planeado una broma tan macabra. A partir de ese momento, y durante muchos años, al reciente premio Princesa de Asturias, Carlos Sainz, le acompañó, entre el cachoindeíto y la mala leche de algunos, el aura de gafe. Se le rompió la junta la trócola y todo eso, ya saben.

Él siempre se lo tomó con humor, nunca tuvo un mal gesto. Incluso en aquella aciaga tarde en Inglaterra se limitó a internarse en un prado y sentarse en el suelo… mientras Luis Moya pagaba su frustración dándole patadas al coche. Y ahora Sainz recibe su merecida recompensa en forma de premio Princesa de Asturias, después de haber sido nominado varias veces, por fin, y con su tercer Dakar bastante reciente (con 58 años cumplidos nada menos), Carlos Sainz ya no trae mala sombra, aunque en realidad nunca la trajo. Esto es el presente, pero La Mirada quiere profundizar un poco más en la trayectoria y la larga carrera del querido piloto madrileño.

Considerado como el mejor piloto español de rallys de la historia, al pequeño de cuatro hermanos la pasión por el motor le vino de muy jovencito. Concretamente a los 11 años, y en las rodillas de su hermana Carmen, el benjamín ya manejaba el volante de un Seat 600. En 1980, y con 18 años recién cumplidos, Carlos Sainz, con el Renault 5 que le habñia comprado su padre, se propuso participar en su primera carrera de rallys, en concreto en el rally Shalymar. Con Lacalle de copiloto, Sainz hizo un gran papel y al propio Lacalle le sorprendió lo bien que hacía Sainz las trazadas. Poco a poco, el piloto madrileño se fue haciendo un nombre.

En el año 1987, Sainz continuó participando en campeonatos nacionales de Rallys, y además debutó en el Mundial, con participaciones en pruebas del Campeonato. Ese año y el siguiente se proclamnó campeón de España. En 1989, Sainz y Moya fichan por el equipo Toyota, con el que definitivamente debutan en el Mundial. Ambos pilotos serían el tercer coche de la firma japonesa y junto con Juaha Kankkunen y Eriksson formarían el equipo oficial de la marca japonesa. Al año siguiente, 1990, Sainz y Moya lograron llevarse el campeonato del Mundo, que comenzó en el rally de Montecarlo. Aquel año, el gran rival de los españoles fue Auriol, librando especiales pugnas en las pruebas de Portugal y Córcega. a la última prueba, en Gran Bretaña, Sainz ya llegó con el título en el bolsillo.

En 1992, año de su segundo campeonato, Sainz y Moya volvieron a tener como gran rival a Auriol, y también a Kankkunen y fue en el Rally de Portugal donde Sainz empezó a marcar distancias hasta proclamarse bicampeón del mundo.Tras el desgraciado incidente, comentado anteriormente, en el Rally de Inglaterra en 1998, Sainz continuó compitiendo en el Mundial hasta el año 2005. Tras un breve descanso, decide presentarse a las elecciones del Real Madrid en el año 2006.

La temporada siguiente, 2006-07, debutó el Dakar con el equipo Volkswagen. En esa primera participación quedó undécimo. No se desanimñoi y siguió presentándose a la dura prueba, hasta que en el año 2010 se convierte en el primer español en vencer en el Rally Dakar en la categoría de coches, triunfo que repetiría en 2018 y en este mismo año 2020, a los mandos del Mini, y ya con casi 58 años.

A menudo, el veterano piloto cuenta divertido que hace unos años que dejó de ser Sainz para pasar a ser el padre de Carlos Sainz, piloto de Fórmula 1.
El nuevo Princesa de Asturias del Deporte es, además, propietario de dos pistas de karting y de dos exclusivos clubes deportivos situados en el barrio de Salamanca y en Pozuelo de Alarcón.

Y llegamos al presente, al círculo que se cierra. El Princesa de Asturias del Deporte. 22 años han pasado ya desde aquella aciaga tarde inglesa. Otro se hubiera dado de cabezazos contra el coche. Nuestro hombre no. Respiró hondo, apretó los dientes y siguió adelante. Porque lo que ninguno imaginamos aquella jornada inglesa, el ya lo sabía. Que si la vida es larga, más larga si cabe iba a ser su carrera, y que aquella avería a 500 metros de su tercer Mundial – lo que hubiésemos dado muchos por empujar desde el televisor- iba a servir de impulso. Otros se hubieran escondido bajo tierra. Sainz eligió luchar, y ahora, tres <Dakar mediante, le llega el perfecto colofón a su trayectoria, aunque conociéndole quizás siga más tiempo, no en vano su tercer Dakar lo ha conseguido frisando los 60 tacos.

Y es que, como me escribió un gran amigo al poco de conocer la noticia, por fin se lo han dado. Pues eso querido Daniel, el arriba firmante que tantas veces está de acuerdo contigo en multitud de temas, lo está de nuevo esta vez. POR FIN.